La justicia, también desplazada por los actores armados del conflicto
10 / 2003
El aparato de justicia como construcción institucional está fuertemente arraigado en Colombia. Sin embargo, en la práctica se ha presentado un fuerte desplazamiento en la manera de impartir justicia en el país. Esto obedece a las formas de poder que han construido los grupos armados al margen de la ley:los paramilitares y los grupos guerrilleros (los paramilitares buscan defender la institucionalidad y los segundos, el cambio del sistema). A través de la coerción física, estos grupos armados no legales se permiten administrar ellos mismos la justicia.
Las instituciones que administran justicia han visto reducidas sus posibilidades de trabajo, especialmente en las áreas rurales que están bajo el control de "paras"* o de guerrilleros. Los agentes de estos grupos están administrando la justicia mediante el miedo. Este es el caso del municipio de Codazzi, en el departamento del Cesar, al nororiente de Colombia. Primero fueron los grupos guerrilleros. Más tarde, luego de una lucha por el territorio, los paramilitares asumieron el control de la administración de las formas de justicia de la región.
Pero hay que hacer precisiones. Ninguno de estos grupos administra justicia a partir de las nociones de equidad y dignidad o garantizando un proceso organizado y constructivo. Más bien usan el miedo como herramienta para que haya respuestas que desde sus perspectivas son efectivas para resolver los conflictos locales. A eso se debe sumar el sesgo inherente de los intereses particulares, según se considere a las personas amigas o detractoras.
Cuando uno de estos grupos logra el control del territorio, se definen formas violentas de acción para la resolución de conflictos. Es decir, se acata la norma del grupo que detenta el poder o de lo contrario, la persona sindicada debe dejar la región. Esta es la alternativa en el mejor de los casos, pues en muchas oportunidades la respuesta inmediata es la muerte.
Pero el aparato judicial colombiano no ha podido crear una forma alternativa que garantice el debido proceso. Es precisamente el miedo la mejor arma para amedrentar a los representantes de las formas de organización judicial (jueces, abogados, administradores, etc.) y para no hacer visible este problema. El miedo al secuestro y a la muerte en manos de un grupo al margen de la ley coarta la posibilidad de acercarse a la comunidad y ofrecer los servicios ya establecidos como propios.
Hoy en Codazzi son los grupos paramilitares los que tienen el control sobre la zona. Fue justamente cuando ellos ganaron el territorio a la guerrilla que se fortaleció esta práctica que aleja al Estado del contacto con los ciudadanos de esta región del país.
La justicia en Colombia se ha visto afectada, como es lógico, por los procesos violentos que vive el país en su interior. El miedo ha sido la herramienta utilizada por los grupos armados al margen de la ley para controlar la mayoría de los espacios en la vida cotidiana de sus habitantes y la muerte es ya una amenaza ordinaria para todo aquel que quiera construir procesos de administración de justicia equitativos. Sólo en la búsqueda de formas alternativas locales de administración de justicia y con una organización popular fuerte se podrá pensar en construir una forma justa y equilibrada de aplicar las leyes en las regiones del país.
Ficha realizada en el marco del Primer Congreso Latinoamericano Justicia y Sociedad de octubre de 2003.
* Paras:forma popular de decirle en Colombia a los integrantes de los grupos paramilitares.
Texto original
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