Educación para construir la paz

Reconciliación es la palabra insignia del proceso que hoy día se construye en Neiva (departamento del Huila, situado el centro de Colombia) con la Escuela de Líderes para la Paz. La Escuela se concibió como alternativa educativa frente a las circunstancias violentas en las que se han socializado los ciudadanos de la región.

Ya hay 350 personas graduadas en esta escuela. Con un interés multiplicador, ellas comparten lo aprendido con sus comunidades de base y permiten la retroalimentación en busca de un mejoramiento continuo de la dinámica social. Además, el proceso se alimenta con la colaboración de fundaciones e instituciones, entre ellas, la petrolera HOCOL de Colombia, la Alcaldía de Neiva y la Universidad Surcolombiana. Con su apoyo se pudieron realizar mayores contactos con la comunidad opita (gentilicio utilizado para los habitantes de Neiva) en procura de la mayor cobertura posible en la región.

En esta construcción se inscribe de manera especial el trabajo del Miguel Ángel Tovar Dussán, cabeza de la propuesta. En sus hombros ha recaído la responsabilidad de sustentar teóricamente los objetivos del trabajo y es además el gestor del nacimiento de la Licenciatura de Democracia en la Universidad Surcolombiana, que luego de su quinta promoción cuenta con 140 egresados. Algunos de estos colaboran o han colaborado también en la Escuela de Líderes para la Democracia.

Pero la justificación de esta iniciativa se encuentra en las necesidades sentidas de la comunidad, que antes de la Escuela no contaba con un espacio de formación y diálogo frente al tema de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, fundamentales para el desarrollo de una comunidad cohesionada y con perspectivas de desarrollo.

El trabajo que se realiza tanto en la Escuela de Líderes como en la Licenciatura tiene un interés especial en la niñez y la juventud, puesto que es en esas etapas de la vida que se forman las personas del mañana y eso exige educarlas con una perspectiva de respeto a las otras personas y de reconciliación.

Pero el interés pluralista de construcción de sociedad también tiene relación con las necesidades directas de algunos líderes comunitarios, que se han visto afectados con el desplazamiento. Huila es un departamento duramente marcado por el desplazamiento hacia sus centros urbanos, especialmente después de la instauración de la zona de distensión o zona de despeje (que se localizó en el vecino departamento de Caquetá) establecida por el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) para realizar negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Mucha población salió de esa zona y se acercó especialmente a Neiva, pues es una salida hacia el sur de Colombia.

Con esa movilización se generaron graves problemas de convivencia y aceptación entre los habitantes de los lugares receptores y la población que llegaba, que inclusive afectó a algunos líderes.

Otra preocupación que tiene el proyecto es el manejo de la información que dan los medios masivos de comunicación. Siempre hay noticias cargadas de violencia y agresividad, por lo general innecesarias y que van determinando algunos comportamientos en el grueso de la población local.

Por otra parte, se da gran importancia al diálogo intergeneracional. El proyecto rescata a los adultos mayores como válidos interlocutores y sabios transmisores de tradición y conocimiento acumulado. Se hace desde la perspectiva de personas con experiencia y recorridos útiles e importantes.

El proyecto se ha consolidado fuertemente con estas y otras facetas formativas entre la sociedad huilense y particularmente en el casco urbano de Neiva. Sus perspectivas de trabajo en términos más amplios son la identidad regional y nacional, de modo que los habitantes de esta zona del país se conviertan en embajadores de paz, equidad y reconciliación.