09 / 2002
Estamos en Francia, en el departamento de Salers, que cuenta con alrededor de 404 habitantes montañeses. Aparentemente, todo sigue su curso, los campesinos trabajan la tierra, el ganado productor de leche y queso se alimenta a lo largo del día, el sol sale y vuelve a ocultarse. En la Alcaldía, mientras tanto, Michelle trata de buscar una solución al problema que aqueja a su departamento actualmente : la migración de los campesinos a las ciudades.
Ella, como activista de montaña, quiere impedir que esto ocurra. ¿Cuáles son las razones para este fenómeno? -se pregunta ella. Pues bien, para comenzar, la vida en la montaña no es fácil. El acceso al pueblo es difícil porque las vías no tienen la infraestructura adecuada. Como consecuencia, el transporte y la introducción de maquinaria útil para el riego, el cultivo y el tratamiento de los animales son un problema. Los servicios básicos están mal organizados y las enfermedades propias de la montaña están siempre presentes.
El factor climático desanima frecuentemente a los campesinos : durante el invierno, la producción de leche y queso disminuye notablemente porque, al estar los campos cubiertos de nieve, los animales se quedan en los establos. Por otro lado, el turismo no funciona mucho en esta época porque no hay suficiente nieve para esquiar.
Con el movimiento migratorio se han ido también cerrando las escuelas y colegios del sector. Por eso, los alumnos, sobre todo los de instrucción primaria, se ven obligados a recorrer dos horas de camino diario o a abandonar los estudios. Esto es indudablemente una pérdida de tiempo, un desgaste de energías desde tempranas horas en la mañana y constituye también un peligro. Por otro lado, a falta de materiales y maquinarias, las tierras son cada vez más infértiles, lo cual, una vez más, disminuye la producción y significa un gasto que podría evitarse de haber los recursos.
Michelle no puede dejar que su gente pase por tantas incomodidades, y piensa continuamente qué hacer... Tiene una posible solución en sus manos : ya que la agricultura y la ganadería se han quedado rezagadas desde hace algún tiempo, y que el nivel de vida en general es deficiente, propone invitar a la gente misma a involucrarse en nuevas y diferentes fuentes de trabajo.
Por un lado, empezó ya un proyecto en la Alcaldía : la elaboración manual de artesanías y joyas por parte de los campesinos, en presencia de sus posibles compradores. Su idea es de que los turistas, para los cuales establecerá también nuevos atractivos, admiren el proceso de creación de joyas y demás artesanías de principio a fin, es decir, el proceso completo.
Ya que existen la mano de obra, la disponibilidad y los recursos, su objetivo final es de establecer esta actividad como característica de la región, que le distinga de las otras y a la vez dé trabajo a la comunidad. De esta manera evitaría el éxodo hacia las ciudades.
Michelle le apuesta mucho al turismo en Salers : era esencial darle un toque nuevo a este pequeño poblado, al que no le falta lo pintoresco. Es un patrimonio arquitectónico sencillo pero especial, un paisaje acogedor, en fin... La cultura de Auvergne tiene mucho que mostrar, que compartir, que enseñar.
Recalca que es importante que los campesinos recuperen su identidad y que la valoren; de esta forma se quedarán en el campo y ellos mismos tratarán de encontrar soluciones a esos problemas que pueden ser controlados si se ponen de acuerdo entre todos los actores involucrados : la municipalidad, los habitantes, y los visitantes eventuales. Su plan sería, entonces, aprovechar la arquitectura ya existente, así como el paisaje en su estado natural, dándoles ciertos toques que incrementen el número de turistas.
Al momento Salers recibe un promedio de 400.000 visitantes anuales. Por ello es prioritario remodelar los hoteles y restaurantes del centro, decorarlos con artesanías típicas de Salers, poner más colores por aquí y por allá... Cuando Michelle piensa en el futuro de su ciudad, ve un espacio de arte y de historia.
En cuanto a los campesinos, ellos tienen que empezar a valorar más el medio en el que viven, explotar a fondo todos los recursos que tienen a su disposición, pero dándoles un enfoque distinto, mejor organizado, más atractivo.
No se ve todavía ningún cambio, porque es un proceso lento de adaptación, de habilitación de recursos y de capacitación de mano de obra. Los campesinos necesitan tiempo para asumir estas nuevas actividades y cambiar un poco la organización de su vida y el empleo de tiempo. Pero eso no preocupa a Michelle, quien confía plenamente en su pueblo y en que el ambiente familiar y amistoso existente será la mejor base para cualquier cambio.
éxodo rural, turismo
, Francia, Salers
Los campesinos están íntimamente ligados a la tierra, es algo que llevan en la sangre. No se puede destruir esa relación que ha existido desde los comienzos de la vida entre hombre y naturaleza. Personas como Michelle aportan en gran medida a la conservación de esta relación. Esta propuesta no es excluyente, sino que permite que la gente desarrolle iniciativas que, a la vez que conservan su identidad como montañeses, puedan asegurar un ingreso que les permita vivir con dignidad y preservar su entorno.
Ficha hecha en base a la entrevista con Michelle Descoeur Celarcer, Alcaldesa del Departamento de Salers, en Auvergne, durante el Segundo Encuentro Mundial de Pobladores de Montaña, que tuvo lugar en Quito, Ecuador del 17 al 22 de Septiembre de 2002. Para mayor información, contactarse con la persona portadora de esta experiencia : DESCOEUR, Michelle, Maire et Conseiller Général de SALERS 15410, Auvergne - Francia. Teléfono : 04 71 40 72 33
Entrevista con CELARCER DESCOEUR, Michelle, entrevista realizada entre el 17 y el 23 de septiembre de 2002
Entrevista
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