La Unidad Académica Campesina de la Universidad Católica de Bolivia promueve el diálogo de saberes
09 / 2002
Las culturas andinas han desarrollado, en el campo de la agronomía, concepciones metodológicas, teóricas, prácticas agrícolas y una serie de estrategias para asegurar su alimentación, para producir de acuerdo a las demandas del mercado y también para enfrentarse al mundo de hoy día, el de la competencia.
La gente en el campo necesita comer, pero ha cambiado su patrón alimentario. Los nuevos hábitos de consumo han entrado a las comunidades campesinas a través de las ferias. Ahora compra productos que vienen de las ciudades, por lo que necesita generar dinero para hacerlo.
A partir de los mensajes que los mercados envían : ’produzca más, para que tenga mayores rendimientos’, ’cultive ciertos productos’, en cierta manera los campesinos son inducidos a actuar, a presionar sobre los recursos naturales. Pero además, han simplificado la diversidad agrícola que antes tenían, y que se asumía como una práctica ancestral y una necesidad de supervivencia.
Con este antecedente, la Unidad Académica Campesina de la Universidad Católica de Bolivia ha trabajado en la recuperación de la tecnología campesina, la concepción y las prácticas agrícolas tradicionales de los campesinos e indígenas. También ha puesto atención a la actitud de los agricultores frente a la disponibilidad de una tecnología moderna, para empezar a producir y tener altos rendimientos o especializarse en un rubro productivo.
Las comunidades han tenido la habilidad de compatibilizar estas tecnologías modernas con su concepción del mundo, sus sistemas de saberes y conocimientos. A la vez, las comunidades campesinas usan su tecnología tradicional, tienen reflexiones profundas sobre cómo están deteriorando su entorno y presionando sobre los recursos naturales, sobre la forma en que han simplificado su producción; y simultáneamente están pensando en cómo enfrentarse al mercado y ser más competitivos.
Todavía hay costumbres y tradiciones rituales muy arraigadas en estas comunidades, que no olvidan cumplir con la Pachamama, que es la madre tierra. Conservan ritos esenciales para mantener esa cosmovisión única que les ha permitido estar ligados a su chacra. Los ritos que realizan con las semillas tienen mucha importancia. Uno de ellos es la vigorización o ’ruta’ de las semillas de papa, que consiste en cruzar semillas con variantes que crecen en otros pisos ecológicos para lograr resistencia frente a las plagas.
Hay un tiempo propicio en que las comunidades empiezan hacer la ritualidad de la siembra. No pueden sembrar en luna llena ni cuando no hay luna. Su cosmovisión les dice que si lo hacen durante estos días, la papa crece con menos ’ojos’, lo que significa que tiene menos probabilidades de reproducirse. Lo ideal para la siembra es el Cuarto Menguante y el Cuarto Creciente. Si la siembra se hace en ese tiempo y la papa tiene más ojos, emerge con vigor, y da ’un macollo bueno’.
Todo este trabajo, que ahora también lo hacen los laboratorios, de manera artificial y ’científica’, para las comunidades andinas es fundamental y les ha permitido tener variedades de semillas que resisten a las plagas y a los cambios climáticos. Lo más importante, es que son propias y no dependen de agentes externos para obtenerlas.
Gumersindo Benavides, trabaja para el área andina de la Unidad Académica Campesina, y se ha pasado los últimos 10 años recuperando toda esta gama de saberes de los indígenas del altiplano boliviano. Conversando, nos dice que todavía la gente sigue buscando ’señas’ o indicios que le permitan realizar las diversas tareas agrícolas, a través de especies vegetales y de la fauna autóctona. Nos describe una de estas señas : ’cuando el zorro comienza a aullar medio atragantado quiere decir este año va ser buena lluvia, porque el zorro grita como que estuviera tragándose alguna cosa. Si el zorro grita con una voz nítida, va a ser un año seco, pero eso también depende de la región’.
En el altiplano y en los valles, las señas varían. La gente mayor todavía cree en ellas y se guía a partir de ellas, pero los jóvenes se dejan seducir por los mensajes de los medios masivos, y transforman su mentalidad. La idea que cada generación tiene sobre su desarrollo es cada vez más distinta. Y justamente el trabajo de Gumersindo tiene que ver con que los jóvenes no pierdan sus raíces, sus referentes culturales, y que los mayores se sientan valorados por las nuevas generaciones, de manera que sean compatibles las dos visiones sobre el desarrollo de las comunidades.
La cultura está íntimamente ligada a los procesos productivos. Gumersindo nos cuenta que las comunidades han establecido sus relaciones con la agricultura, y también con la ganadería. Existe una ritualidad específica para venerar al ganado, que es dador de muchas cosas valiosas para los indígenas.
En sus fiestas dedicadas a la Pachamama, también hay música y danza dedicadas al ganado. Esta afinidad, esta relación recíproca entre las personas y los animales hace se les preste mayor atención y que por lo tanto, las crías no mueran y que haya una mayor productividad. Aunque parezca una contradicción, en las comunidades en donde hay una ruptura de esta relación recíproca, la tasa de natalidad en la ganadería es menor; la mentalidad cambia y transforma a los animales en máquinas de producir carne.
Otro tema importante que Gumersindo abordó durante nuestra conversación fue el problema de las semillas y los paquetes tecnológicos. Desde el extranjero se envían semillas ligadas a los agroquímicos, con los que dan un mayor rendimiento. Algunos campesinos, seducidos por las bondades de estos productos, los acogen, dejando de lado las semillas propias.
Estas decisiones tienen un impacto económico, porque la gente empieza a depender de un mercado de semillas externo y se crea la necesidad del dinero para comprar todo. ’La cultura se va a morir’, pronostica Gumersindo. En ciertas comunidades, las propuestas de la ’Revolución Verde’ son acogidas y los campesinos buscan la posibilidad de producir a gran escala y entrar al mercado. En otras, algunas voces logran hacerse escuchar y los productores se enfrentan a estas decisiones que habitualmente son propuestas desde las instancias gubernamentales, logrando reconocimiento a largo plazo.
Otro caso de ’modernización’ es el de los engordadores de ganado bovino criollo. Ellos han constatado que la gente prefiere carne del altiplano ’porque es más saladita, más apetecida, tiene más sabor que la de los llanos’, dice Gumersindo. Hay un nicho de mercado para sus productos y han empezado a desarrollar toda una tecnología alrededor del engorde de ganado bovino en ecosistemas montañosos muy frágiles, que no resisten por mucho tiempo el pastoreo de animales tan pesados como las vacas. A la vez, ellos introducen otros cultivos en las zonas altas, como sobrealimento para el ganado, afectando al entorno y presionando excesivamente sobre los recursos naturales.
Existen experiencias interesantes de ONGs que tratan de ligar la producción, y la tecnología moderna con los saberes propios de los agricultores. Esta experiencia que ya tiene cinco años de haberse implementado y ha sido sistematizada por los alumnos de la Universidad, quienes observaron que la combinación de prácticas agrícolas fue favorable en términos económicos.
Las prácticas previas demostraban que debido a la necesidad de áreas de pastoreo, los campesinos estaban ejerciendo una presión devastadora en los pajonales andinos, pues, por el exceso de uso no había una regeneración natural. Los técnicos de las ONGs han impulsado la incorporación de técnicas ecológicamente amigables, discutiendo con los campesinos, que se han involucrado activamente, a fin de evitar daños mayores. Con ello han logrado una regeneración progresiva de los páramos.
Gumersindo describe algunas, como ’la práctica de la tracción para hacer cosechar la lluvia y que haya humedad en las praderas nativas, entonces, de por sí sale la semilla y empiece a regenerarse. Hemos hecho sanjeos y luego incorporamos el tractor, hacemos surcos en curvas de nivel y empezamos a tabicar para que la lluvia venga a la riada; cuando entra al surco y estos tabiques no dejan que la lluvia arrastre la tierra. Se hacen pequeños embalses, ríos cortaditos y empiezan a infiltrar el agua a los cultivos. Lo más importante es que la gente misma ha empezado a trabajar con estos sistemas’.
El trabajo es arduo. Todavía no hay el ’semilleo’ para que haya regeneración natural, y lo que hacen los campesinos es resembrar los pastos artificialmente. Una vez que han esparcido las semillas, hacen que sus rebaños de ovejas pasen por encima, para que sus pezuñas las entierren. Esta técnica fue muy efectiva para que los nuevos pastos rebroten con mayor intensidad.
De igual forma, los técnicos observaron que los campesinos estaban vendiendo el estiércol producido por sus animales, lo que evitaba que la biomasa se devolviera a los pastizales, quitándoles fertilidad. Desde que empezaron a concienciar a la gente de la necesidad de abonar los pastos, ha mejorado sustancialmente su regeneración.
En la actualidad se puede contar como logros de estos programas, el que hay comida para los animales, y la incorporación de innovaciones al sistema de gestión tradicional que ellos hacen con las praderas.
La valoración económica resultante de los estudios hechos por los estudiantes de la Universidad demuestra que los campesinos que han incorporado estas nuevas técnicas en combinación con sus prácticas ancestrales, han mejorado sus ingresos en un 25 por ciento, y tienen entornos más productivos. Un 25 por ciento en una economía de subsistencia es significativo.
técnica tradicional
, Bolivia, Praderas Andinas
Idées, expériences et propositions sur les sciences et la démocratie
Gumersindo Benavides está consciente de que a menos que se recuperen los saberes ancestrales, los ecosistemas frágiles están condenados a desaparecer. En; sus 10 años de experiencia, ha visto cómo la gente ha retomado esas prácticas y ha logrado cambios pequeños pero sustanciales en su relación con el entorno y con su cultura.
Cierto es que los mercados presionan todo el tiempo para que se enfatice en los monocultivos y en los paquetes tecnológicos externos, pero la labor que Gumersindo lleva adelante junto con los estudiantes de la Universidad Católica y otras ONGs, ha transformado esta mentalidad. Los campesinos que asumen su condición de indígenas y deciden retomar sus tradiciones agropecuarias y combinarlas con experiencias ecológicas regenerativas están convencidos de que solamente un uso racional de los recursos les permitirá sobrevivir.
Este trabajo de largo aliento tiene ya sus réditos. Es una manera patente de demostrar que la racionalidad económica -tan ponderada a través de políticas estatales y medios de comunicación- no necesariamente es contrapuesta a la espiritualidad y a la armoniosa relación del hombre con su entorno. Si el sistema económico global no se percata de esta realidad, está acarreando a la humanidad hacia su extinción.
Ficha realizada con base a la entrevista a Gumersindo Benavides, Profesor de la Unidad Académica Campesina de la Universidad Católica Boliviana delegado al Encuentro Mundial de las Poblaciones de Montaña, realizado del 17 al 22 de septiembre del 2002, en la Universidad Católica de Quito, Ecuador. Para mayor información se puede contactar con e-mail : gumerben@hotmail.com ; Unidad Académica Campesina de la Universidad Católica de Bolivia.
Entrevista con BENAVIDES, Gumersindo, entrevista realizada entre el 17 y el 23 de septiembre de 2002
Entrevista
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