El desarrollo no debe venir de afuera

Según el informe para el año 2001 del Banco Mundial, la pobreza en Nepal es el producto de tres factores :

- Crecimiento insatisfactorio del valor agregado.

- Efecto histórico de la distribución inequitativa de los recursos y diferencia del estatus social y económico entre los diferentes grupos de ciudadanos, incluídas las normas relacionadas con el sistema de castas y de género.

- Las inequidades producidas por las actividades de desarrollo económico recientes, que han generado una distribución de ingresos y recursos de mayor inequidad

En este contexto, SAPPROS (Support Activities for Poor Producers of Nepal), una ONG especializada en el desarrollo integral, en el manejo de recursos e innovaciones tecnológicas para los pobres, ha iniciado un programa de apoyo a la acción en el manejo de recursos en Nepal. A decir de Shree Krishna Upahdyay, miembro de esta organización, él y sus colegas trabajan ayudando a los pobres para que eleven sus ingresos y mejoren su calidad de vida.

SAPPROS proporciona tecnología, y apoya la construcción de sistemas de micro-riego para montañas; ayuda a la gente en la producción de vegetales, frutas y crianza de animales, de manera que puedan vender estos productos en las partes planas a mejor precio; en uno de los programas, los participantes han establecido cooperativas propias para vender directamente a los consumidores de diferentes mercados.

Otro programa es la construcción de infraestructura : riego, caminos rurales llamados ’Caminos Verdes’, que se hacen sin usar cierto tipo de maquinaria como palas mecánicas, sino únicamente motoniveladoras, de tal forma que no se hacen cortes muy profundos en las montañas para evitar deslaves. Es una tecnología ambientalmente amigable, en donde se penetra en la montaña sin hacer cortes demasiado profundos. También se da apoyo en la construcción de escuelas y en la alfabetización de mujeres y niños.

Shree Krishna nos cuenta : ’ Tenemos programas para mujeres en los que ellas movilizan sus propios ahorros, a manera de microcréditos, utilizándolos en cultivos de vegetales, frutas, y la crianza de animales domésticos. Lo importante aquí es que se dé realmente la movilización de los participantes, puesto que los pobres son sujetos de desarrollo y no objetos de desarrollo. Los pobres tienen que ser empoderados, sensibilizados, movilizados y organizados’.

’Nuestro trabajo es sensibilizar la mente, haciendo una reflexión conjunta de porque somos pobres; una vez que ellos se dan cuenta de sus problemas, ellos se empoderan y organizan, y solucionan sus problemas’, es la visión y pasión con la que trabaja Shree Krishna. Para él, existen logros muy interesantes dentro de los diversos programas que SAPPROS desarrrolla.

’Tenemos programas de motivación, en los que los facilitadores van a las comunidades, se contactan con la gente, organizan los encuentros, identifican los problemas y empieza su discusión. A ese proceso le llamamos capacitación para la sensibilización. También realizamos mucha capacitación en lo relacionado al cultivo de vegetales, creación de viveros, asesoramiento en la utilización de fertilizantes orgánicos y el no uso de agro químicos,’ dice el señor Upahdyay.

La respuesta de la gente es muy buena y ha logrado elevar sus ingresos en cuatro o cinco veces. Uno de los objetivos de SAPPROS es la seguridad alimentaria; si es que los habitantes producen comida de buena calidad, crían gallinas y otros animales, mejoran su dieta y pueden vender el excedente, de tal forma que solucionan un problema nutricional y, al ir al mercado y vender el excedente, ya pueden hacer otras cosas relacionadas a la educación y a la salud. ’Esa es una acción de impacto’, dice orgulloso.

Otro programa es la construcción de instalaciones para el abastecimiento rural de agua potable (El gobierno ha apoyado con parte de los fondos para el agua potable, con recursos provenientes del Banco Mundial, fondos que la población ha administrado). Antes las mujeres de las zonas montañosas, debían caminar cuatro horas para tener agua, ahora caminan diez minutos, y lo mejor es que ellas mismas construyeron estas obras, y SAPPROS aportó ’con algunos materiales’. A través de la construcción de estas instalaciones, ellas mejoraron su capacidad de organizarse.

SAPPROS ha trabajado desde 1991, y ahora da cobertura a alrededor de 20.000 familias, muchas de ellas provenientes de comunidades tribales, llamadas Chepangs. En Nepal existen unicamente 36.000 Chepangs, de los que un número muy importante está vinculado a los proyectos que esta ONG lleva adelante. ’También damos cobertura a otros grupos familiares, pero principalmente a estas comunidades indígenas’, dice Shree Krishna.

Lo que es interesante de estas comunidades es que ellos respetan a la naturaleza, realizan ritos de adoración a la tierra, son solidarios y tienen mucha confianza en ellos mismo, lo que para Upahdyay constituye un capital social muy importante. ’No son codiciosos ni se interesan solo por el comercio, por eso vale la pena trabajar con ellos, son honestos, cooperadores y trabajan muy duro’.

En los lugares a los que SAPPROS atiende, existen muchos problemas logísticos, tales como la falta de caminos pues las comunidades son muy lejanas, casi aisladas, son muy pobres y no tienen seguridad alimentaria. Hay mucha hambre. No hay electricidad, ni servicios de salud. Los sistemas gubernamentales no funcionan, hay poca tecnología, los pobres no tienen acceso a nuevos conocimientos. Por otra parte, la gente tiene miedo a los extraños, piensa que ellos les van a quitar sus tierras, pero una vez que les conocen y los extranjeros logran entenderlos, cooperan mucho y tienen un gran espíritu. Son personas con quienes es fácil trabajar a pesar de sus problemas. También tienen su propia identidad y un espíritu de cooperación entre unos y otros, siempre comparten entre ellos y se preocupan de su gente. ’No es como en las áreas urbanas, en donde a nadie le importa nada’, dice Upadhyay con desencanto.

Los Chepangs tienen su propia cultura, lenguaje y practicas de medicina tradicional basada en plantas medicinales; tienen su propio sistema de conocimientos; por todo eso es fácil movilizarlos y organizarlos. Shree Krishna Upadhyay insiste : ’Lo más importante es que la gente de la montaña es gente que trabaja duro; es honesta, cooperativa, confiable, con mucha solidaridad, con muchos sistemas de conocimientos indígenas, que se debe proteger y que se puede utilizar para diseñar el desarrollo que ellos quieren para su futuro. El desarrollo no debe venir de afuera, solo debe apoyar sus procesos.’