Itinerario de Arno, nacido en Alemania, criado por curas en Brasil, hijo de la guerra y la intolerancia, quien se ha ido reconstruyendo poco a poco y encontrando la paz interior
12 / 2001
Querido Antonio: Cuando cumpliste quince años te sugerí que leyeras Demian de Herman Hess porque representa la lucha interna de un adolescente que intenta convivir en el mundo oscuro y en el mundo claro, por establecer qué es el bien y qué es el mal. Al principio leíste con desgano, pero después te sentiste plenamente identificado con el protagonista. Sabes, lo que pretendía que aprendieras de esta lectura y mucho más que eso representa la experiencia de Arno, me la contó esta mañana. Los conflictos de Demian, Arno los ha vivido durante toda su existencia, no porque no haya madurado sino porque su vida está marcada por lo que él llama "la guerra de los mundos", te preguntarás cuáles son esos mundos y por qué están en guerra. Para que comprendas te cuento que Arno nace en Berlín en 1948, época en que Alemania, producto de la segunda guerra mundial, está dividida en cuatro partes, ocupadas por norte-américanos, soviéticos, franceses e ingleses; es el inicio de la Guerra Fría. Imagínate!, nace en ese momento y en Berlín que además es el espacio de disputa entre el capitalismo y el socialismo, dos corrientes irreconciliables, dos mundos enfrentados, en ese entonces, quizás esa marca de nacimiento es de algún modo el símbolo de todos los enfrentamientos y los descuentros que va a presenciar en su vida. Las condiciones difíciles de la postguerra hacen que los padres de Arno, que son alemanes, se trasladen a Brasil con toda su familia, en 1949. Llegan a Portoalegre que en ese entonces era una ciudad muy pequeña, el barrio donde se instalan es periférico sin servicios de luz, agua ni alcantarillado. Aquí vive su infancia dividido entre dos mundos opuestos, el uno es su casa y la escuela donde se respira disciplina, trabajo, orden; el otro es el mundo de afuera que para él es el espacio de la libertad y de la sensibilidad, se iluminan sus ojos al evocar esos momentos de encuentro pleno con la naturaleza y consigo mismo, sintiendo la tivieza de la tierra en los pies descalzos, el placer de bañarse al aire libre acariciado por el sol y acompañado por el canto de los pájaros. Para dar un nombre a estos dos mundos donde convive los menciona como -lo católico y lo laico. El padre también divide al mundo entre lo civilizado y lo salvaje, construye imaginariamente una frontera entre estos dos, "en casa se vive y se piensa como en Alemania" suele decir a sus hijos y a su mujer, afuera esta lo otro, lo que no es racional, lo que no tiene lógica, el mundo salvaje; esta persistencia de los límites implican para el padre de Arno un aislamiento que marca la diferencia racial, cultural y que lo vuelven un solitario. Los padres de Arno planifican que sea sacerdote católico, para ello lo internan a los once años en un seminario, aquí siente el rigor de la institución y de sus leyes, no me vas a creer todo lo que vive!, siente una ruptura completa con su mundo libre y sensible, la prohibición está al orden del día, el castigo es frecuente, no se permite el habla entre generaciones, los niños, los jóvenes, los mayores no les estaba permitido hablarse. Siente todos los días la intolerancia y la incomprensión a sus travesuras, las mismas que lo llevan a ser expulsado. Esta etapa la califica como la vivencia de un mundo irreal de un mundo construido sobre la moral y la culpa, mientras afuera dice, se vivía el mundo real. Con su marca de expulsado se traslada a Passo Fundo donde está la orden Redentorista, ahí la disciplina y el castigo son más rígidos me cuenta, las penitencias, los castigos morales, el flagelo son prácticas usuales. Su conversación me conmueve, me estremece... supongo que estás sintiendo lo mismo que yo. Frente a estas vivencias le pregunté ¿por qué se permitían todo eso? me proporciona una respuesta firme e inmediata: Para acabar contigo, para doblegar lo que te quede de voluntad, para que seas el siervo ideal. Le pregunté también ¿cómo pudiste soportar tanto?... me cuenta que al amanecer, en el encierro procuraba escuchar el ruido de la vida para lo que construye lo que él llama un punto de fuga, representado por la copa de un ciprés símbolo de libertad y de conexión con lo otro, con lo de fuera, lo pecaminoso, lo prohibido, que cada vez se torna más lejano y desconocido. Después de tanto pensarlo decide dejar la orden religiosa para vivir su opción de libertad, la presión de la familia es muy fuerte, lo quieren de todas formas cura porque representa status, poder, seguridad económica, para la madre es muy difícil aceptar sus puntos de vista y necesidades, está dividido una vez más, ahora entre el querer que es su propio deseo y entre el deseo de los demás. Finalmente decide ir para Alemania buscando un escape a tanto desencuentro, buscando vivir su vida, ahí se casa e inicia una nueva etapa profesional, en comunicación ha trabajado en Africa-Mozambique, sensible como es y con una experiencia de vida tan fuerte, percibe en esta experiencia, la intolerancia, la imposición ideológica, la segregación, manifestaciones de poder muy fuertes. Las experiencias en este sentido son similares en Guinea-Bissau. Las cosas han sido un tanto mejores en Brasil donde ha estado estos últimos años... me faltó preguntarle por qué, seguramente mañana entre reunión y reunión nos vamos a escapar para que me cuente. Con certeza, cuando nos podamos ver me vas a preguntar ¿por qué te cuento todo esto?, la respuesta es simple. Te adelanto en parte, cuando estemos en casa tomándonos un chocolate caliente podremos reflexionar más a profundidad y te contaré mas detalles, por ahora sólo quiero decirte, que es monstruoso el mundo que hemos construido, pero como dice esa canción que siempre tarareo con tus acordes de guitarra:... "quién dijo que todo está perdido, yo vengo ofrecer mi corazón, tanta sangre que se llevó el rio, yo vengo ofrecer mi corazón... no será tan fácil..."
reflexión colectiva, sistema de valores
, Ecuador
Mi hijo querido efectivamente no todo está perdido, cuando veo a Arno, su apacible sonrisa, su profundo respeto por la vida, su acercamiento tinoso a los más débiles, su palabra cauta y acertada, su entrañable y fuerte abrazo me digo y te digo a ti, que no todo está perdido. Te acuerdas de esa frase de Galeano que leímos en alguno de sus libros: "cómo es posible que los seres más oprimidos hayan creado la música más libre" refiriédose a los negros y al jazz. Así mismo, me digo... cómo es posible qué precisamente un hijo de la guerra, de las contradicciones, de los absurdos, de la intolerancia, de los mundos en guerra, confidencialmente, un hijo de un Alemán que simpatizaba con los nazis sea un ser cálido y equitativo, cuya búsqueda incansable es la paz.; efectivamente está es una gran señal de que no todo está perdido... Es ya la madrugada, aquí todos duermen, voy a intentar conciliar el sueño, recibe todo mi amor ... nos queda tanto por sentir, decir y hacer. te quiero siempre. Mamá
Entrevista con ROCHOL, Arno
Entrevista con ROCHOL, Arno
Entrevista
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