Los sistemas de participación local

El arribo al gobierno municipal por parte de diversas fuerzas políticas y sociales de oposición durante los últimos años, se viene dando en un contexto de intensa politización de la sociedad, de crisis del partido único de estado, así como de la credibilidad en las instituciones y en la representatividad delegada (por décadas) en los organismos corporativistas y clientelares. Con ello, se ha desarrollado en diferentes latitudes del territorio mexicano una rica variedad de experiencias de incorporación social a la vida política del país y a la búsqueda del gobierno municipal con el propósito de intervenir en las decisiones que permitan reorganizar la vida de su sociedad local y establecer nuevas relaciones con el Estado.

La emergencia de este campo de la acción social, ha permitido incorporar a diversos sectores, tradicionalmente excluidos del poder, al ensayo de proyectos y aspiraciones, a la puesta en práctica de acciones innovadoras desde el gobierno local, a la gestión renovadora y el descubrimiento de los resquicios de la estructura de gobierno estatal y federal, al aprendizaje del manejo de la maquinaria gubernamental y de los presupuestos; la priorización de inversiones y obras, a la recuperación y fomento de la cultura regional; y sobre todo, a la revaloración de los ciudadanos de la sociedad local que se sienten parte de la ola del cambio y del ’si se puede’, luego de sesenta años de monopolio de los espacios de gobierno por parte del partido del estado.

La incorporación democrática de la participación social se ha venido convirtiendo también en uno de los principales campos de preocupación de gobiernos locales que se plantean emprender una profunda democratización de la vida municipal y no quedarse sólo en el desarrollo de una buena administración y realización de obras, en el mejor de los casos.

Este despertar de la sociedad desde lo local, sin embargo, ha venido acompañada, en no pocos casos, del renacimiento de sectores de caciquísmo que han aprovechado la coyuntura para recomponer los sectores del poder local y regional traicionando las aspiraciones ciudadanas de emprender cambios democratizadores en la vida del país.

Los procesos de incorporación de la participación social.

La realización de asambleas para recoger las inquietudes y propuestas de la población, los recorridos en las comunidades, el contacto frecuente con representantes sociales, la audiencia pública, la administración ’de puertas abiertas’; son - entre otras- las prácticas más comunes de los gobiernos que tratan genuinamente de mantener el contacto con su ciudadanía.

A la par, se han desarrollado esfuerzos de mayor envergadura por algunos gobiernos al generar procesos de participación social más sistemática y permanente, con una serie de funciones asignadas y reconocidas -a veces hasta reglamentadas- en la perspectiva de consolidar espacios de control ciudadano de la gestión municipal y de abrir canales de profunda democratización de la vida local.

Algunas de las modalidades y características de instancias de participación generadas por diferentes experiencias promovidas desde el gobierno municipal, son las siguientes :

- El cabildo abierto, instancia de participación de las personas que asistan a tratar asuntos de interés colectivo. Comúnmente, se ha tratado de asambleas en el auditorio municipal donde se puede opinar y -en ciertos casos, los menos -, decidir sobre asuntos de interés de determinadas comunidades. Estas son encabezadas por el ayuntamiento y presididas por el presidente municipal; algunos municipios las han realizado mensualmente; otros, trimestralmente. En algunos casos, el cabildo abierto ha funcionado de manera itinerante, a la manera de una asamblea general de colonia, comunidad o zona del municipio con la mayoría del cabildo y los directores respectivos para tratar sobre asuntos de su competencia.

- El Comité de planeación municipal, instancia reconocida por las leyes orgánicas municipales de los estados, que reúne a representantes comunitarios, de barrios y áreas residenciales, con los técnicos del ayuntamiento y representantes de los gobiernos estatal y federal para orientar la planeación y programación de obras a realizarse anualmente en el municipio. Tienen el encargo de integrar el Plan de desarrollo municipal. Algunos procesos municipales se han apoyado en éstas instancias para facilitar la incorporación cotidiana de genuinos representantes sociales a partir de una convicción de ir abriendo canales de información, análisis conjunto de la problemática general del municipio, corresponsabilidad y reproducción de cuadros ciudadanos en los asuntos de la gestión pública.

- Consejos democráticos de participación para el desarrollo. Integrado con representación territorial, adecuados a la figura reconocida de los Coplademun, pero con ampliación de atribuciones y funcionamiento autónomo -en algunos casos- en relación al Ayuntamiento y los otros niveles de gobierno, con facultad de diálogo y negociación con la autoridad municipal; de supervisión de la gestión y con interlocución de las demandas y propuestas ciudadanas, priorización presupuestal; con estatuto o reglamento propio y procesos de elección reglamentados.

- Consejos zonales o sectoriales. Derivaciones del anterior, con ámbito de intervención específico de una área vecinal, comunidad o zona; o para el tratamiento de necesidades y proyectos sectoriales: salud, abasto, educación, cultura, genero, etc; para la aplicación de propuestas generadas desde la iniciativa ciudadana y/o negociadas con el gobierno local; con funcionamiento autónomo.

- El parlamento o asamblea municipal de representantes, concebida como una instancia de representación social y control de la gestión municipal por parte de un órgano integrado por representantes zonales y sectoriales; integrado con estatuto o reglamento propio, así como por procesos de elección reglamentados.

- La asamblea municipal. Se realiza en municipios pequeños, sobre todo de carácter rural e indígena y se convoca para ventilar problemas que afectan al conjunto de las comunidades.