Fue un trabajo de seis meses con Fundación Casa Alianza en México. Casa Alianza México se fundó en el D.F. en 1988 y es sucursal de la institución norteamericana Covenant House. Casa Alianza trabaja con niños de la calle en tres zonas de la ciudad. Según su manual el objetivo general de Casa Alianza es ’sacar a los niño/as de la calle y brindarles elementos de desarrollo personal para que al cumplir la mayoría de edad tengan las herramientas y habilidades necesarias para afrontar una vida independiente’. De las varias instituciones en la ciudad que trabajan con niños de la calle Casa Alianza es una de las más grandes y cuenta con muchos recursos. El programa de casa Alianza consiste en cuatro etapas: calle, refugio, hogar de transición y hogar grupal. Trabajé en la primera etapa, la de calle. El personal consta de cinco educadores que diariamente salen a la calle a hacer contactos con los muchachos.
La mayoría de los muchachos tienen entre doce y diecisiete años, lamentablemente, gran parte de ellos se drogan. Muchos ya tienen dos o tres años en la calle; algunos tienen más. El propósito del informe es, al reflexionar sobre mi trabajo aquí, hacer algunas propuestas en cuanto al trabajo con niños de la calle en México.
No se puede simplificar el origen de este fenómeno pero lo que es cierto es el elemento común de la pobreza. De manera general, los sueldos son precarios y muchas veces la mujer tiene que salir en busca de trabajo, ya que el salario del padre no alcanza. También hay un gran porcentaje de mujeres jefas de familia que tienen que trabajar aún más. Todo esto provoca una situación que de una manera sistemática desintegra la unidad familiar. Además, muchos muchachos han sufrido el maltrato.
En algunos casos resulta que poco a poco empiezan a pasar más tiempo afuera de casa. Al fin y al cabo acaban por quedarse en la calle sin ningún motivo para regresar a casa. Muchos asisten a la escuela hasta la secundaria y luego dejan de estudiar.
Vale la pena dar una breve explicación de las etapas del programa de Casa Alianza. La primera etapa es la de calle. En está sale diario a la calle un equipo de educadores a los lugares de encuentro de los niño/as y adolescentes para brindarles una opción diferente a la que viven. Realizan varias actividades con los niños tales como: dinámicas de grupo, sociodramas, juegos activos con espacios de reflexión, dibujo y/o pintura. Las actividades tienen como objetivo el estimular el deseo del niño/a para que abandone la calle. También los educadores realizan curaciones médicas a los niños. Por medio de las mencionadas actividades tratan de ofrecerles una alternativa diferente a la calle. Se les invita a ingresar al Refugio de Casa Alianza.
De los niños y niñas con quienes trabaja Casa Alianza un 90 por ciento utiliza algún tipo de droga y el ’activo’- inhalante - es usado por un 70 por ciento. También están muy difundido el uso del cemento, thiner, mariguana, alcohol y tabaco. Desde luego cuesta más trabajo llevar a cabo actividades con muchachos drogados.
El Refugio/Centro de Crisis es la segunda etapa del programa. Es un albergue temporal donde pueden llegar los niño/as a bañarse, comer y cambiarse de ropa. también los consejeros que trabajan adentro realizan una serie de actividades con el fin de explorar formas de vida distintas a las de la calle. El objetivo es lograr la estabilidad del niño para que pueda convivir con otros niños y superar su crisis. Dentro del refugio hay algunas reglas básicas, tales como: no violencia, no drogas, no sexo, no robo. El refugio sigue un sistema de puertas abiertas. Al ingresar, niños tienen que quedarse al menos una noche. A partir de entonces se puede salir.
Por lo que he visto, la problemática central estriba en la situación de los niño/as y adolescentes que se encuentran adaptados a la vida en la calle, con una falta de interés y apatía ante las alternativas de vida que propone el educador de calle. A mi me parece la problemática central porque la mayor parte de los niños con quienes trabajamos están adaptados a esa clase de vida. A veces los educadores logran convencerlos de ingresar al refugio, pero ya que es un sistema de puertas abiertas muchos de ellos se quedan dos o tres días y se salen.
La mayor parte de los muchachos que ya están adaptados a la calle se drogan mucho. Para ellos las drogas se convierten en algo imprescindible de la vida en la calle. Están poco dispuestos a ingresar a un albergue temporal. A ellos les parece un ambiente demasiado estricto.
Para mi la pregunta es ¿Cómo trabajar con estos muchachos que muestran una falta de interés para las alternativas de vida que les proponemos?, ¿Cómo alentarlos a alejarse de la calle?
El programa de Casa Alianza funciona bien para algunos muchachos, pero para otros al programa le hace falta algo. A mi me parece que les serviría mejor un centro de día, un lugar donde pueden venir a pasar unas cuantas horas sin estar en la calle y sin drogarse. Poco a poco se darían cuenta de que hay mejores alternativas a la vida en la calle.
Casa Alianza reconoce que su refugio no funciona para todos los niño/as, y ha abierto la posibilidad de que algunos de ellos que no se encuentran listos para ingresar a el refugio, pasen el día con un consejero con quien realizan diversas actividades. Luego a las cinco estos niño/as se salen. Para ellos el refugio funciona como un pequeño centro de día. A mi me parece algo con posibilidad de éxito.
Después de terminar mi colaboración con Casa Alianza, pasé un mes laborando en Fundación Pro-Niño, otra institución que trabaja con niño/as de la calle. Tienen un año y medio realizando ese trabajo. Es una fundación mucho más pequeña que Casa Alianza. Pro-Niño cuenta con un centro de día y dos educadores que salen a la calle diario. Trabajé en el centro de día con otros dos educadores.
El centro cuenta con una mesa de ping pong, un taller para grabado de vidrio, una sala de televisión, unas cuantas duchas, una cocina y un comedor. En el centro de día sólo se les permite entrar a niños y no a niñas. Alrededor de catorce niños entran en la mañana y se bañan. Toman el desayuno y luego lavan su ropa.En el transcurrir del día los educadores realizan varias actividades con los niños, tales como: talleres de arte, paseos al cine, partidos de fútbol y de vez en cuando campamentos. Las instalaciones son muy agradables.
El centro de día no cuenta con camas; no es un albergue. A las cinco de la tarde los niños tienen que salir. La filosofía de Pro-Niño es que, pasando los días en el centro y las noches en la calle, poco a poco los niños se darán cuenta de que hay mejores alternativas a tal vida.
Además de los educadores en el centro de día y los de calle, Pro-Niños cuenta con un señor encargado de llevar a los niños a visitar varios albergues en los que pueden ingresar. Algunos niños deciden ingresar; otros no.
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Creo que el centro de día funciona muy bien para algunos niños especialmente los que en este momento están poco dispuestos a ingresar. Los educadores conviven con pocos niños, lo que permite un trabajo muy personalizado. Los educadores desarrollan relaciones más profundas con los niños lo cual a mi me parece muy importante en esta clase de trabajo. Es buena manera de compartir con niños con poco interés en un albergue. Cabe agregar dos cosas más: en el trabajo con éstos niños/a me parece muy importante el desarrollar una relación estrecha con el niño/a para que confíe en el educador y acepte su orientación, el educador debe tomar en cuenta que cada niño/a es diferente y requiere de alternativas distintas.
La presente ficha es el resultado de la selección informativa de los escritos de opinión que publicó el equipo de Desarrollo y Gestión Municipal de COPEVI
Documento interno
COPEVI - PROGRAMA DE DESARROLLO Y GESTION MUNICIPAL, Artículos de opinión
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