Hacia un modelo de desarrollo sustentable y autogestivo. La experiencia de los campesinos de la Costa Grande de Guerrero

Por conducto de la Red de Agricultores Sustentables Autogestivos, S.C. se ha venido desarrollando en la región Costa Grande de Guerrero una nueva forma de vida, misma que ha demostrado ya su viabilidad y su posibilidad de replicarse.

Los componentes que consideramos fundamentales son los siguientes:

Rescate, mejoramiento y conservación de suelos

Para cualquier actividad agrícola, es necesario "poner los pies en el suelo"; es decir, para poder hablar de productividad, diversificación, introdución de nuevos cultivos, etc., es fundamental el impulso de programas que rescaten, conserven y mejoren los suelos. La RASA tiene en marcha un Sistema de Módulos Tecnológicos que involucra a 17 proyectos de conservación del suelo, producción de abonos orgánicos (Lombricultura y compost), abonos verdes, inoculación de microorganismos.

Producción para el autoconsumo

Se trata de recuperar la autosuficiencia alimentaria de las familias campesinas.

Diversificación y planeación productiva

Con la finalidad de aprovechar al máximo el potencial de recursos naturales existentes y a la vez mejorar y complementar el ingreso, se plantea la introducción de cultivos que se adapten a cada medio agroecológico. Para el caso específico del agroecosistema cafetalero, se ha introducido en la región el cultivo del jengibre, ñamé, satoimo, gobo y algunas especies de frutales exóticos. El jengibre ha constituido la punta de lanza de este programa de tal suerte que actualmente se estan cosechando alrededor de 350 Toneladas con un valor bruto promedio de U.S. $350,000.00 Dllrs.

La planificación de la producción a partir de la apropiación por el productor de los nuevos paquetes tecnológicos y la construcción de los mercados en escalas crecientes constituye un factor fundamental para el éxito.

Control de calidad

Después de asumir el productor la necesidad de incrementar la producción y la productividad, y de una mayor diversificación, el control de calidad resulta el corolario para penetrar en el mercado en condiciones más favorables. En los casos de café y jengibre, se ha logrado incrementar el precio en un 20% y en un 100% respectivamente.

Construcción de mecanismos de financiamiento propios

Se ha impulsado en el marco del modelo la combinación de diversas fuentes de financiamiento tomando como base el aporte propio de los productores, la gestión crediticia con fuentes formales e informales a nivel nacional e internacional así como el aprovechamiento de los escasos programas gubernamentales de fomento.

Mecanismos directos de mercado

Para enfrentar los retos que significan la apertura comercial y la globalización, los productores no sólo requieren de un conocimiento de los mercados o de los recursos financieros suficientes sino, sobre todo, de un cambio de mentalidad en todos los aspectos, de tal forma que los coloque en condiciones de ser capaces de cambiar las reglas del juego.

Seis aspectos conforman el esquema de Comercialización planteado y probado ya con éxito para el caso del café:

Participación directa en los mercados. Se trata de eliminar la necesidad de un intermediario externo en el país consumidor. Al adueñarse de la distribución las organizaciones productoras pueden controlar las fases más lucrativas del proceso de producción, las finales.

Construcción de marcas con base en calidades. Hay que buscar nichos en el mercado para los grupos de productores en función de una variedad de factores, incluyendo la demanda que históricamente existía por el café de determinada región, las capacidades de los productores y de su organización y las características específicas de cada producto.

Enfasis en el largo plazo. Lo fundamental es construir relaciones de mercadeo duraderas, y ello se gana sólo con la confianza, esto es, el cumplimiento responsable en volúmenes y calidades. Es más importante poder introducirse en el mercado que obtener fuertes ganacias durante las primeras fases de operación.

Integración de mecanismos financieros propios. La realización de cualquier tipo de operaciones implica la disponibilidad de recursos. El poder contar con un modesto stock de café para vender al menudeo o realizar operaciones a futuro para elegir mejores oportunidades de precio y recuperar liquidez, presupone el envío del producto a consignación y por tanto esperar los resultados de la venta.

Modificación del flujo de ingresos. Por lo apremiante de sus necesidades, los productores carecen de poder de negociación. Necesita encontrarse un punto de equilibrio entre la capacidad de esperar o dosificar las ventas y el logro de precios más atractivos; de esta forma, una vez consolidado un flujo sistemático, el salario anual y siempre bajo se convierte en un ingreso de periodicidad más corta y más cuantiosa; la única diferencia es la espera, el manejo de calidad y las estrategias de mercadotecnia.

Apropiación del control de calidad. Los importadores reducen riesgos al entablar contacto con nuevos proveedores aceptando el producto a consignación y responsabilizando al productor proveedor del control de calidad.

Prácticas autogestionarias y gerenciales de nuevo tipo

Para que todo lo anterior funcione se necesitan prácticas autogestivas y gerenciales de funcionalidad organizativa. Ello requiere del desarrollo de una amplia capacidad innovadora de los dirigentes campesinos y sus asesores de tal suerte que se establezca una combinación entre los intereses de los productores para el corto y largo plazo como una funcionalidad eficiente que garantice la toma de decisiones gerenciales en los momentos clave de las operaciones.

Programas de formación y capacitación permanente

Estos rubros, constituyen finalmente la garantía de continuidad de un proceso organizativo, por ello, la RASA S.C. puso en marcha el Centro Regional de Enseñanza, Investigación y Producción para el Desarrollo de la Agricultura Sustentable (CREPDAS), en el cual, mediante eventos diversos de capacitación y parcelas demostrativas se desarrolla la visión de los campesinos de tal forma que concurran a la realidad y a los mercados con instrumentos de análisis adecuados que le generen mayores ventajas.

Este conjunto de planteamientos, apropiado por las organizaciones interesadas y apoyado por los distintos organismos de fomento al desarrollo rural, sin duda alguna liberará nuevas energías propositivas, construirá un nuevo tejido organizativo y un esquema de corresponsabilidad entre todos los actores del escenario rural y, sobre todo, permitirá visualizar un nuevo horizonte en el desarrollo de las familias campesinas.