La interdisciplinariedad en las relaciones Población-Medio Ambiente. Hacia un paradigma de demografía ambiental

Las siguientes orientaciones generales tal vez podrán ser útiles para definir el campo epistémico de una demografía ambiental, que abra vías de fertilización y construcción del conocimiento, así como un posible programa de investigaciones:

1.- La concatenación de diferentes procesos demográficos dentro de la dinámica ambiental.2.- Los problemas de la interdeterminación de los procesos poblacionales y ambientales. 3.-Diseño de estudios empíricos asociados con estrategias alternativas de manejo de los recursos naturales en diferentes contextos ecológicos y culturales. 4.- La cuestión de la interdisciplinariedad lleva a plantear el estatuto teórico de la demografía. 5.- La complejidad de las relaciones sociedad/naturaleza, plantea la imposibilidad de aprehender sus interrelaciones a nivel global. 6.- Al igual que hay que desagregar la relación población/recursos, también hay que especificar conceptos que prefijan relaciones que en realidad son indeterminadas en tanto no se establecen sus condiciones ambientales específicas.

Investigaciones recientes sobre los patrones de asentamiento y uso de suelo de la civilización mesoamericana han encontrado que los mayas "alcanzaron densidades de población de 100 a 200 personas por km2 en agricultura de milpa y hasta de 700 a 1150 en las áreas más intensamente cultivadas, mucho mayores que las actuales densidades de 10 personas por km2 en el área rural maya." (Gómez- Pompa, 1987).

En muchos casos las zonas de mayor degradación socioambiental no son necesariamente las más pobladas o con mayores tasas de natalidad, sino aquellas en las que se han implantado patrones inapropiados de uso de suelo y cultivos comerciales que afectan la dinámica demográfica al desplazar las prácticas tradicionales de uso de los recursos y auto consumo, acentuando el empobrecimiento, la desnutrición y expulsión de la población a zonas marginales, más susceptibles de degradación ambiental. Esta metodología de análisis de sociosistemas complejos, ha permitido desmitificar las argumentaciones malthusianas que han prescrito a la explosión demográfica como la causa fundamental de la degradación de la naturaleza, la desertificación y la crisis alimentaria.