A los que buscan democratizar el acceso a los medios de comunicación : las mujeres son importantes !

Desde Filipinas y Malasia hasta Australia y los Estados Unidos, las mujeres se inscriben en programas de formación en comunicación y periodismo en una cantidad considerable, pero los obstáculos para aquéllas que desean realizar sus propias imágenes y contar sus propias historias, son aún inmensos. Como educadora y formadora, he trabajado en el desarrollo de estrategias para estimular una relación crítica repecto del contenido de los medios de comunicación y su forma, centrando mi interés en las aplicaciones prácticas de la crítica feminista en el área de las comunicaciones. Durante años, he sido testigo de los éxitos, a corto plazo, de las áreas de especialización técnica, de la concientización personal y del desarrollo de una perspectiva alternativa para la mujer.

Desde 1981, el Asia-Pacific Institute for Broadcasting Development -AIBD, donde he trabajado como profesora, ha organizado programas de formación en producción dirigido a mujeres en la región asiatico-pacífica. Para realizar la formación, este programa, llamado de Women And Development In Television, generalmente de una duración entre 4 y 5 semanas, emplea ante todo mujeres. Las participantes deben ser mujeres y deben haber sido nombradas por sus respectivas organizaciones radiodifusoras. Al acabar el programa, las participantes dejan los talleres con el sentimiento de una confianza renovada y una mayor habilidad técnica. Desde 1989, ellas adquieren además ciertas habilidades críticas: como educadoras empiezan a utilizar un recurso asiático llamado Into Focus: Changing Media Images of Women, el cual combina el análisis de los medios de comunicación con la sensibilización dentro de una perspectiva de género.

Recientemente, el AIBD ha dirigido su énfasis hacia programas sobre la mujer y la gestión y la mujer y el desarrollo en la radio. Los problemas financieros hacen casi imposible organizar una programa de formación exclusivo sobre la mujer. Mientras el modelo de la AIBD ha sido ejemplar, este no ha llenado la enorme necesidad de una formación consistente en una comunicación dirigida hacia la mujer. Las mujeres realizadoras, frecuentemente regresan a sus instituciones sin contar con una masa crítica o sin el soporte necesario para poder empezar realmente a aplicar tanto la información teórica como práctica que han recibido en sus talleres.

Concientes de esto, en 1992 Kamalini Wijayatilake y Sharmini Boyle, del Centre for Women’s Research localizado en Sri Lanka, convencieron a los fundadores (NORAD y Asia Fundation)sobre la necesidad de apoyar la realización de un taller para mujeres sobre la producción de video al interior del país. El curso, de una duración de un mes, en el que yo también participé como educadora, combina el estudio de las problemáticas en comunicación en una perspectiva de género con las técnicas de producción del video profesional. Se solicitó a las participantes concebir y producir un corto programa de video relacionado con una problemática de la mujer. Una característica importante de esta clase de experiencia formativa, es la oportunidad para una aplicación de las habilidades tanto teóricas como técnicas. La ventaja de trabajar en este contexto local es que un mayor número de mujeres puede obtener buenos resultados en cuanto a la búsqueda de maneras para continuar practicando sus nuevas habilidades en comunicación. Sigue siendo importante concebir estrategias de formación que incluyan una etapa de seguimiento de las actividades y talleres adicionales para las participantes.

En conclusión, debemos propiciar situaciones que permitan a las mujeres implicadas en el área de las comnicaciones, llegar a ser competentes en el contexto del video y del cine profesionales, necesario para alcanzar una audiencia más amplia. Debemos ayudar también a la creación de una red de mujeres que conozcan los escenarios nacionales, que puedan ayudarse mutuamente a realizar una variedad de producciones y que puedan sostener el tipo de actividad popular, tan esencial para los cambios a largo plazo. Finalmente, las instituciones de formación que buscan democratizar de manera más extensiva el acceso a los medios de comunicación, deben incluir en sus planes un programa feminista de formación en medios de comunicación y asegurar un acceso equitativo a las mujeres participantes en éstos y otros programas de formación.