09 / 1994
La desaparición de los monopolios estatales de teledifusión, el desarrollo de la difusión por cablevisión y por satélite y la expansión fulgurante del mercado del video doméstico contribuyeron, en Europa como en otras partes, a una rápida trivialización de la televisión. No resulta sorprendente que hoy hasta la más pequenã comunidad campesina pueda reclamar su propia cadena de televisión y que la televisión denominada "local" se haya convertido, en Europa, en un objeto de fascinación: se crearon institutos en todas partes, se multiplicaron los investigadores y universitarios especializados que producían innumerables estudios sobre este tema, se organizaron reuniones y festivales a un ritmo sostenido, las cadenas nacionales, públicas o privadas, desarrollan "conexiones locales" para "acercarse a los televidentes".
Este atragantamiento culminó en la mayor confusión conceptual: las nociones de comunidad, de localidad y de proximidad fueron perdiendo sentido poco a poco y, a menudo, fueron recuperadas para fines comerciales y políticos. Hoy, en Europa, la televisión local no tiene nada que envidiar a la televisión de masas, excepto sus recursos económicos. Actualmente, en lo esencial, es sinónimo de conformismo o de indigencia de contenidos más que de alternativa de democratización o de creatividad.
Así como un remedio a las angustias causadas por la mundialización de la economía y la comunicación, la "televisión espejo" (aquella del ensimismamiento colectivo)presentada tanto en Europa como en América del Norte efectúa un retorno glorioso y generalizado a todas las pantallas. Una anécdota reciente ilustra esta confusión del espejo que ya no refleja más que su propia imagen. En Francia, luego de un "festival de televisión local", el programa de noticias de la segunda cadena nacional y pública transmite un reportaje muy corto: se entrevista a una pareja de septuagenarios frente al televisor mientras éste transmite un programa local (un octogenario relatando sus recuerdos); le responden al periodista "¿Nos gusta la televisión local! ¿Podemos ver a nuestros viejos en la tele porque ya no salen más de sus casas!". Esta historia merece un análisis profundo, tanto en lo que hace a la forma en la que los periodistas de esta historia trataron el tema, como en lo que respecta al impacto real de una mediatización de la "vida local".
Sin embargo, de este cielo oscuro surgen, afortunadamente, algunos rayos de sol. En primer lugar, las cadenas de televisión de acceso público se desarrollaron con éxito en Alemania, con 30 canales abiertos que enseñan a toda Europa el camino hacia una verdadera democracia catódica en la que se desconocen la censura y la autocensura. Esta democracia existe también en Los Países Bajos: Salto, el Open Kanaal (Amsterdam)acoge a numerosas organizaciones que desean expresarse libremente y crear su propio tipo de televisión, inventiva y creativa. En Bélgica, la televisión de la región de Gent lucha con coraje y humor en un combatesimilar para que su televisión continúe siendo verdaderamente local y comunitaria, prolongando el desarrollo de las televisoras comunitarias valonas.
En menor escala, otros lograron inventar nuevos métodos de difusión. En Francia, Télé Millevaches produce cada mes un programa informativo de una hora, duplicado en 100 videocasetes VHS que se envían a los cafés y las salas de fiesta para que se difundan en público. Canal Nord, la famosa "televisión de barrio" de Amiens, instala estudios en un departamento dentro de un complejo habitacional a precio módico con 8.000 departamentos idénticos a ése, donde sus vecinos y televidentes se conectan a la antena colectiva.
Con regularidad, las emisiones de Canal Nord permiten a los habitantes hablar libremente de sus problemas e interpelar a los responsables electos locamente. Estos son dos ejemplos, junto con otros, dentro de la Fédération des vidéos des pays et des quartiers (Federación de Video de Países y Barrios).
En Europa, el acceso a un medio de difusión no está asegurado en general; menos aún en lo relacionado las palabras e imágenes alternativas o marginales. No es necesario entonces tener una emisora de televisión o formar parte de una red de cablevisión para producir imágenes y encontrar un público. La "Despite TV", de Inglaterra y la Northern Vision, de Belfast, lo comprobaron al demostrar que, ante la urgencia y la necesidad, crear imágenes puede tener un sentido y una utilidad. ¿Muchos,tanto aquí como allá parecen haberlo olvidado por completo!
Mientras la televisión comunitaria se desarrolla en el sur, podemos esperar que los iniciadores de proyectos apunten sus miradas hacia los claros culturales o, aún más lejos, a los del cielo australiano.
comunicación
, Europa Occidental
Olivier Pasquet es el responsable de relaciones internacionales de la Féderation des pays et des quartiers de Francia.
Artículos y dossiers
Videazimut, Televisión local, comunitaria y de acceso público in. Clips, 1994 (Canada), 6
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