Valorización de las tecnologías autóctonas

En la definición etimológica se ha visto que tecnología viene de tekhné y logos, autóctono de auto y khton. Del griego auto: de si mismo; por si mismo, y khton: tierra, región. No hace falta insistir mucho sobre el hecho de que la tecnología es una de las formas de expresión cultural de una sociedad; tan es así que la historia de las civilizacines se conoce sobre todo gracias a las técnicas por ellas implantadas, ya que la escritura es un fenómeno "casi reciente, sobre todo en América Latina donde estaba poco desarrollada en la época precolonial. En el campo de la alimentación, la relación tecnología-cultura es aún más evidente.

Por lo tanto, cuando se habla de valorizar las tecnologías autóctonas, se habla de valorizar las tecnologías de un país o de una región, es decir, dar valor a una parte del patrimonio cultural, lo cual no implica juicio alguno sobre el tamaño o la complejidad técnica de los equipos. Implica, por el contrario, la capacidad de controlar y dominar los medios técnicos.

Dos aclaraciones complementarias sobre porqué este enfoque parece hoy aún más importante:

La crisis de los modelos de desarrollo, construidos más "mirando hacia afuera" que hacia las características propias de las sociedades latinoamericanas, planta el interés de buscar también "hacia adentro", conocer nuestras propias fuerzas en lo que concierne a los recursos tecnológicos.

La investigación que los medios científicos han aportado en el tema es bastante escasa, salvo algunas honrosas excepciones, entre las cuales cabe destacar la contribución del Dr. Ricardo Bressani, uno de los primeros investigadores en estudiar científicamente el tratamiento alcalino del maíz (nixtamalización)y su impacto sobre las cualidades nutricionales del grupo.

Luego de los aspectos relativamente teóricos que se acaban de exponer, es importante destacar que las tecnologías autóctonas, con independencias de la opinión que merezcan a tecnólogos, ingenieros, investigadores y científicos, constituyen un elemento esencial en la alimentación de las poblaciones latinoamericanas.

Si se toma el ejemplo de la tranformación del maíz en México, se comprueba que el consumo de tortillas es estimado en 330 gramos por habitante por día, lo cual representa aproximadamente 50% de las necesidades calóricas de un 80% de la población. Por otro lado, existen aproximadamente 37,000 establecimientos artesanales (molinos y tortillerías)consagrados a esa actividad, lo que representa 70.000 empleados asalariados.

El caso de la panela (chancaca o tapa de dulce)en Colombia muestra que, pese a que su producción se halla relativamente estancada, es aproximadamente 700,000 ton/año. Ello representa un consumo de 28 kilos/habitante por año. Existen más de 11.000 panelerías abastecidas por 300,000 hectáreas sembradas con caña panela, y un promedio de mano de obra empleada de 1.5 trabajadores/hectárea por año (entre cultivo, cosecha y transformación), lo cual implica la ocupación de 300,000 a 350,000 personas por año. Puede mencionarse también el ejemplo de la harina de mandioca o yuca en el Brasil, la conocida farinha. En el Nordeste de ese país el consumo es estimado en 43 kg. por habitante y por año. El producto es elaborado en unas 73,000 unidades artesanales llamadas "casas de farinha", que elaboran un promedio de 100 a 250 kg. de farinha/día. Transforman la producción de 500,000 hectáreas, lo cual representa en su conjunto (cultivo, cosecha, transformación)una ocupación equivalente a 600,000 personas durante 100 días por año.

Por supuesto, podrían citarse muchos otros ejemplos, sobre otros productos y países, tales como el casabe en Rep. Dominicana y Haití, la papa-y el chuño en Perú, Bolivia y Ecuador.

En virtud de lo que se ha visto, se pueden determinar las siguientes funciones de las tecnologías autóctonas:

Conciernen a productos de base fundamentales para la alimentación de millones de personas.

Están asociadas a la elaboración de productos arraigados culturalmente en las tradiciones alimenticias de la población.

Constituyen una fuente de trabajo e ingresos en las zonas rurales y contribuyen, de esta manera, a disminuir relativamente los flujos migratorios hacia las grandes ciudades.

Están asociadas a una mejor utilización de los recursos regionales y a la descentralización geográfica de la producción

Existe un control de la tecnología. Los equipos son fabricados, en su mayor parte, en el orden local, lo que implica economía de divisas y la inducción de otras actividades económicas.