La educación es el puente entre la sociedad y el producto cultural. Y nos tiene que servir como instrumento para transformar la realidad en un proceso dinámico y dialéctico. Que nos permita alcanzar no sólo igualdad de oportunidades sino también de resultados que hagan posible la justicia social.
Pero como el Estado no garantiza este proceso y el Gobierno considera a la educación como un gasto y no una inversión, no se puede asegurar hoy una enseñanza básica para todos, y mucho menos para los sectores más carenciados. Por eso los docentes creemos que la recuperación de un sistema educativo de calidad se logra mediante una respuesta política, y no económica. Porque la educación no se limita a distribuir conocimientos. Es formadora de conciencias. Trabajo sobre los valores que pueden estar orientados hacia el protagonismo del pueblo, hacia su liberación.
Los reclamos docentes se nutren de estos principios, y promueven un cambio integral, un cambio de modelo que permita la calidad de todo el proceso de la educación: desde el conocimiento (insumos), pasando por el docente (puente)hasta llegar a los niños (sujeto).
Queremos mejorar el conocimiento porque el que se imparte hoy es insuficiente y malo. A tal punto que hasta se ha dejado de enseñar geometría en algunas escuelas por falta de elementos.
Queremos que los niños puedan venir a estudiar sin signos de violencia familiar y sin hambre. Y lograr que no abandonen el colegio por carencias externas.
Queremos movilizar al maestro, que hoy está desprofesionalizado porque le sacaron su sueldo (el promedio del bolsillo es de 280 pesos)su jerarquía (no puede acceder a nuevos conocimientos porque carece de plata y de tiempo)y sufre uno de los más altos índices de enfermedad. El 47 por ciento termina pidiendo asistencia psicológica.
Finalmente, por una cuestión de verdad política y no por un mero planteo economicista queremos seguir peleando también por un financiamiento educativo. Porque si no hay recursos nadie creerá seriamente que puede hacer realidad ningún proyecto educativo, y porque si el proyecto de financiamiento no se acompaña de una propuesta seria, clara y simple, difícilmente la comunidad está dispuesta a brindar los recursos necesarios para su ejecucion. De una charla con Marta Maffei
El encuentro mundial de ministros de educación organizado por la UNESCO definió como necesidades básicas de aprendizaje a los conocimientos, competencias, habilidades y valores para defenderse en el mundo de fin de siglo.
En las escuelas argentinas lo que hoy se imparte está lejos de ser útil para actuar en la realidad y únicamente sirve para aplicarlo en la propia escuela. La desactualización es enorme y los programas tienen que ver con otra época de la humanidad.
El gran problema es que nuestra escuela fue creada y pensada a fines del siglo pasado para los sectores medios. Al incorporarse los sectores populares, en vez de cambiar su modelo y adaptarse a las nuevas formas, siguió igual. Sobrevino entonces una etapa asistencialista que hoy desplaza muchas veces a la tarea educativa. Esto incidió, junto al congelamiento de sueldos, en la desprofesionalización de los docentes, quienes ahora despiojan, dan de comer, atienden los problemas familiares, previenen enfermedades, etc.
Así nos encontramos con el desmejoramiento de la calidad educativa. Y este es el eje y centro de la discusión de la problemática del sistema.
Aquí está claro que la escuela ya dejó de ser aquel trampolin que daba acceso a mejores cosas. Hoy, a lo sumo, pasó a ser un paracaídas porque cuando todo el mundo baja permite a uno bajar más lento. Mientras que a los que no tienen educación no solo caen sin paracaídas sino que abajo tampoco los espera una red.
Y aquí vuelvo a lo mismo: la escuela no puede negar las diferencias sociales. Tiene que pensarlas y actuar sobre esas diferencias. No podemos pensar en el viejo modelo de escuela igualitaria que le da a todos lo mismo. Porque el que tienen peor educación es el que tiene peor punto de partida. Para ser gráfico: no se va a ver una escuela rancho en la Capital Federal y sí se va a ver una escuela con serias dificultades edilicias en los suburbios.
Tiene que haber una respuesta múltiple. La solución no pasa por subir los salarios, porque los únicos que se logra es mejorar la vida de los docentes. Ni tampoco a la inversa , porque si mejoro los programas, los docentes, sin dinero no van a tener la posibilidad de actualizarse ni perfeccionarse. Por lo tanto el gran desafío es realizar un esfuerzo multiplicador, concentrando en el profesionalizar y jerarquizar la tarea docente para las competencias necesarias de fin de siglo. De una charla con DANIEL FILMUS.
política educativa, educación
, Argentina
Nos parecen interesantes las reflexiones dos docentes representativos sobre la calidad de la educacion en la Argentina, y cómo ven ellos las posibilidades futuras de educación enmarcadas en el contexto socio-politico del país
Entrevista con MAFFEI, Marta; FILMUS, Daniel
Artículos y dossiers
SCHURMAN, Diego, Crisis Educativa en Argentina, Fundacion del Viso in. Tercer Sector, 1995/10 (Argentina), 6
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