Relato de una experiencia organizativa de mujeres en un conflicto sindical de sus compañeros metalúrgicos

Villa Constitución es una ciudad industrial de 40.000 habitantes, ubicada al sur de la provincia de Santa Fe, Argentina. Su actividad economica fundamental es la siderometalurgica y su principal fuente de trabajo es una aceria llamada Acindar.

A principios del año 1991 esta empresa encara un proceso de reestructuración que implicaba dejar sin empleo al 30% de sus 2.500 trabajadores. El sindicato resiste esta política con medidas de fuerza en el interior de la empresa y estalla un conflicto que en su desarrollo fue sumando despidos, hasta dejar en la calle a la totalidad de los trabajadores.

La forma que adquirió la resistencia fue la de la permanencia rotativa (respetando los turnos de producción)en la puerta de la fábrica. Este proceso tuvo un alto nivel de solidaridad a nivel localy nacional. Se montaron grandes carpas en el acceso a la fábrica desde donde se controlaba la entrada y salida de las personas y de camiones con productos. Los trabajadores montaron guardias en las carpas durante casi tres meses y se realizaban permanentemente jornadas de solidaridad con los obreros en lucha. Se organizaron ollas populares para alimentar a los huelguistas y sus familias. Al cabo de ese tiempo la empresa se vio obligada a cesar el lock out patronal y reincorporar a todos los despedidos

Al principio las mujeres de los trabajadores se incorporaron a las carpas y a las movilizaciones como una forma de ayudar a sus compañeros, pero con el correr del tiempo se organizaron como grupo de mujeres y entonces jugaron un rol protagónico en el conflicto. En los actos más importantes que se realizaron a lo largo del mismo tuvieron sus propias oradoras y además comenzaron a participar en las asambleas donde se decidían los pasos a seguir, con voz y sin voto.

Entre las más destacadas, se encuentra Irene, esposa de un obrero metalúrgico, miembro de la comisión interna de la fábrica Acindar. El 26 de abril de 1991 una movilización muy importante llenó la plaza central de la ciudad de Villa Constitución. Los dirigentes locales y nacionales hablaron frente ala multitud congregada en la plaza. A su turno Irene, con palabras sencillas conmovió a los trabajadores e instó a continuar la lucha hasta lograr la reincorporación de todos los despedidos: "...Hoy, cuando venía junto a mis compañeros marchando por la ruta, pensaba si podría hablar y qué le diría a mis compañeros. Es verdad , como decía el compañero que me presentó, cuando yo era muy pequeña, la represión asesinó a mi padre en una lucha como ésta...Hoy siento que esa lucha continúa y que tenemos que apoyar a nuestros trabajadores metalúrgicos, por ellos, por nosotras, por nuestros hijos y por la memoria de nuestros padres!" El 22 de de abril de 1975 su padre había caido asesinado por las balas de la policía en la represión a una movilización en esa misma plaza por la libertad de los dirigentes presos.

La intervención de Irene fue la que más conmovió a los presentes en una asamblea que fue decisiva en el desarrollo de la lucha. Ella reflejaba la fuerza moral y anímica de las mujeres que luchaban junto a sus compañeros por la reincorporación de los despedidos de Acindar.

La participación de las mujeres en esta lucha obrera que implicaba a sus compañeros fue muy importante y fue llevada adelante sobre todo por un grupo que venía desde hace unos años participando en el movimiento de mujeres de la región y ligadas a Indeso-Mujer. Cuando el conflicto llegó a su fin, otro proceso comenzó con ellas, ya que sus compañeros comenzaron a reclamar su vuelta al hogar, y al cuidado de los chicos. El conflicto sindical y obrero había terminado, ellos volvian al trabajo, y las mujeres al "suyo". La frase más significativa del momento posterior fue la de un obrero metalúrgico que frente a la actitud de su esposa, que quería seguir participando en las actividades del sindicato le dijo: "quiero que vuelvas a ser vos".