11 / 1994
El cambio climático es un problema casi inasible, con muchas incertidumbres de por medio, muy aleatorio. Algunos consideran que se trata de una cuestión "superflua". Según esta visión, las demandas "globales y de largo plazo" (el bienestar del planeta)no son tan importantes como las demandas "inmediatas y locales" (salario, vivenda, bienestar mínimo para todos). Sin embargo, lo ambiental, aún en su escala "macro", está entretejido con lo social y lo cotidiano. Todo lo que afecta al planeta también atañe a la sociedad, y viceversa. Esta interrelación es evidente cuando se considera el peligro del cambio climático.
La elevación de temperatura puede provocar desórdenes climáticos como la falta o el exceso de lluvia. Si bien resulta imposible saber con toda certeza si un huracán particularmente destructivo o una sequía devastadora tuvieron que ver con la excesiva concentración de gases de invernadero en la atmósfera, es urgente revertir el riesgo de alterar el sistema climático, ya que el riesgo es gigantesco.
Una elevación del nivel del mar significaría la inundación de zonas bajas y litorales, y la posible desaparición o destrucción de varias islas. La elevación estimada para dentro de un siglo -60 cms- podría afectar a cerca de 50 millones de personas que viven en Islas, zonas costeras y deltas de ríos.
Para fines del siglo XXI, la temperatura media del planeta podría elevarse en 3°C, y pocos ecosistemas serían capaces de adaptarse en sólo un siglo a este cambio de temperatura, lo que amenazaría la permanencia de los sistemas agrícolas, pecuarios y forestales de los que depende la humanidad.
Los escenarios trazados hasta ahora muestran que numerosos grupos sociales se verían afectados, tanto por la elevación en el nivel del mar como por los desajustes climáticos a que hemos aludido. Por otro lado, es evidente que, ante un desastre, los países del Tercer Mundo son más vulnerables, por sus deficiencias en cuanto a la infraestructura y los recursos necesarios para brindar auxilio a las regiones afectadas. Por ello, los probables efectos sociales y económicos de un calentamiento grlobal son más elevados en pasíses del tercer mundo. El Banco Mundial ha calculado, por ejemplo, que los daños provocados en la economía por una elevación de entre 2.5 y 4.5°C equivaldrían a un 1.4% del PIB en los Estados Unidos, a un 1.6% del PIB en la Unión Europea, y a un 5.3% del PIB en China.
¿Qué tan "naturales" son las catástrofes naturales?
Durante los últimos tiempos, una gran cantidad de fenómenos climatológicos han devastado diversas regiones de la Tierra. Entre marzo y agosto de 1994, Greenpeace reportó los siguientes sucesos:
* La "sequía del siglo" en China provocó incendios en Mongolia que destruyeron 50,000 hectáreas de bosques de pino. Violentas tormentas de polvo arrasaron las montañas Daxing’anling, matando a 50,000 cabezas de ganado.
* La producción de arroz en Taiwan fue afectada por la peor sequía en 40 años.
* En Australia, una combinación de tormentas de polvo, altas temperaturas y sequía provocó la pérdida de entre 20 y 30 millones de toneladas de suelo.
* En China, la peor inundación en 40 años provocó la muerte a por lo menos 165 personas en las provincias de Jiangxi y Jujian.
* La sequía en Uganda se ha intensificado durante los últimos años, lo que ha causado escasez de alimentos y hambre.
Más recientemente, en México, la Sierra Tarahumara se ha visto afectada por una prolongada sequía, que provocó la pérdida de las cosechas y una grave hambruna.
Investigaciones realizadas en la Universidad de Oxford por el Dr. Norman Myers muestran que, para el año de 2050, la elevación en el nivel del mar y los cambios en la distribución de las áreas agrícolas en los países en vías de desarrollo podrían significar el desplazamiento de 150 millones de personas. El gobierno chino calcula que 30 millones de personas se verán obligadas a emigrar por los efectos del cambio climático.
Las catástrofes "naturales" obviamente afectan también a los países industrializados, aunque éstos cuentan con más mecanismos de compensación. En los Estados Unidos, por ejemplo, las compañías de seguros intervienen para indemnizar y resarcir los daños sufridos.
Sin embargo, estas compañías perciben que se han elevado notablemente los daños producidos por los huracanes, sequías y todo tipo de disrupciones climáticas. Entre 1966 y 1987, en ninguna ocasión los vientos provocaron pérdidas en bienes asegurados por más de mil millones de dólares. Pero entre 1987 y 1992 hubo por lo menos 10 de estas catástrofes.
Esto ha provocado una crisis en las compañías aseguradoras. Por ejemplo, los efectos que sufrieron los Estados Unidos por el huracán Andrew y el ciclón Iniki (agosto de 1992)provocaron la quiebra de nueve de ellas.
¿Se trata de fenómenos naturales? ¿O algo tienen que ver con el proceso de calentamiento global?
Artículos y dossiers
GEA; GREENPEACE, The Climate Time Bomb, 1994 (MEXICO); Elaborado a partir de reflexiones surgidas a raíz de la CNUMAD / Rio de Janeiro 1992, y de algunos datos tomados de Greenpeace.
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