Promoción y experimentación
10 / 1994
Uno de los problemas fundamentales de la Sierra de Santa Marta, Veracruz, es el creciente desabasto de maíz debido a la disminución de rendimientos por el empobrecimiento de los suelos y al virtual abandono de la siembra de invierno. Este desabasto se cubre recurriendo a una mayor explotación de los recursos de los bosques, mismos que se venden para después comprar maíz. Una de las formas de frenar la presión sobre estos recursos y evitar la expansión de la frontera agrícola es el fortalecimiento de la agricultura orientada al autoconsumo, principalmente la producción de maíz y frijol.
En este contexto, el Proyecto Sierra Santa Marta busca, junto con los campesinos y comunidades de la Sierra de Santa Marta, Veracruz, alternativas de manejo sustentable de los recursos naturales, que mejoren las condiciones de vida de la población. Uno de los proyectos que impulsa es el de conservación de suelos con barreras vivas, que tuvo dos fases.
Primera fase (1993). Se estableció el contacto con las comunidades y se hicieron presentaciones de la propuesta (que incluyeron la presentación de carteles y la repartición de folletos). Además de la presentación, se hacían entrevistas para conocer aspectos relacionados con la percepción campesina de la erosión y de la necesidad de conservar el suelo. Por otro lado, se capacitaron tanto los investigadores responsables como a un grupo de promotores campesinos orgingarios de la región. Estos fueron el eje de la extensión "de campesino a campesino", y se encargaron del establecimiento de experiementos en parcelas, a pequeña escala.
En las discusiones con grupos de campesinos sobre la propuesta, se captó un reconocimiento generalizado de la necesidad de adoptar estas técnicas dados los problemas de "lavado" (erosión)de los suelos en toda la Sierra. Con los campesinos que se decidieron a aprender la técnica, se formaban los grupos de capacitación. Esta se realizaba siempre en algún terreno de cultivo.
Para el trazo de curvas a nivel se utilizó el aparato "A", construido ya sea con tiras de madera o madera rolliza, y un nivel de albañil. Siempre fue posible encontrar maderas locales útiles para su construcción.
En el terreno se definían algunos criterios de selección del sitio a trabajar (casi siempre el lugar más alto de la parcela). La superficie de muestra (medida con unidades locales de medida)fluctuaba entre 700 y 1200 metros cuadrados. La medición de la pendiente resultó ser algo difícil de entender por parte de algunos campesinos. Se desarrolló un método alternativo, empírico y fácil de aprender, para obtener el valor de la pendiente de los terrenos.
El trazo a nivel fue fácilmente comprendido. La explicación relacionada con la siembra y mantenimiento de las barreras siempre captaba mucho la atención.
Encuestas de seguimiento: Durante la fase de capacitación y establecimiento de parcelas se levantó una encuesta, que recogía datos sobre el número de participantes, longitud de los trazos y de las hileras sembradas, superficie cubierta, cantidad de trabajo invertido, etc. En enero de 1994 se levantó una segunda encuesta que permitió hacer un balance de la aplicación de la técnica y hacer una evaluación preliminar de la efectividad de la barrera.
Segunda fase: Ampliación de la propuesta.
Se organizó un Taller intersectorial sobre las políticas para una agricultura sustentable en la Sierra de Los Tuxtlas y Santa Marta, a raíz del cual surgió la necesidad de desarrollar una propuesta tecnológica que fuera impulsada tanto por instituciones de gobierno como por el PSSM.
Se aceptó desarrollar una propuesta que se difundiera en talleres de capacitación a campesinos, para que éstos a su vez la transmitieran en sus respectivas comunidades. La idea era realizar una amplia campaña que permitiera la implementación de trabajos de conservación de suelos, y otras tecnologías, en amplias superficies de laderas.
Así se llegó a la propuesta actualmente implementada: el uso del aparato "A" para el trazo de una curva de nivel "guía", a partir de la cual, con cordones, se hacen los trazos complementarios, a "seminivel".
Talleres de capacitación: En esta fase la calidad de la participación campesina fue mayor que durante la primera fase, ya que se invitó a campesinos reconocidos por su interés.
Incentivos: Los únicos incentivos que recibieron los productores fueron la semilla de cocuite y la asistencia técnica gratuita. Los promotores, encargados de realizar los trazos en los terrenos de cultivo, recibieron un pago por cada hectárea trazada. También se remuneró su trabajo de asistencia al respectivo grupo de productores, contabilizando el número de jornales dedicados a la actividad de capacitación.
Evaluación de promotores en campo: Para poder certificar que el promotor asistente al taller podría cumplir satisfactoriamente sus tareas, se le solicitó realizar en su propia parcela los trabajos aprendidos, y se evaluaron sus resultados. La apropiación de la tecnología fue muy buena.
Los avances y limitaciones del programa se describen en otra ficha.
participación campesina, ONG, maíz, innovación tecnológica, desarrollo rural, conservación del suelo
, México, Veracruz, Sierra de Santa Marta
Informe
GUTIERREZ M., Rafael; BUCKLES, Daniel; ARTEAGA F., Lorenzo, PROYECTO SIERRA DE SANTA MARTA, Impacto ecológico y cultural de la difusión de técnicas de conservación de suelos en la Sierra de Santa Marta, Ver., 1994 (MEXICO)
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