La construcción de una ciudadanía
10 / 1994
La observación electoral fue una rica fuente de aprendizajes para quienes participamos en ella. En nuestro caso, como miembros de Alianza Cívica pudimos observar el 21 de agosto de 1994 la votación en una colonia periférica de la ciudad de Xalapa, Veracruz, una colonia tan rural como urbana.
¿Hubo fraude? Se sabe que en muchas casillas del país lo hubo. En las que pudimos observar, quizá lo habría habido de no estar nosotros presentes. Este es el sesgo de la observación electoral. Sin embargo, vimos que la gente votó mayoritariamente por el PRI, lo que nos remite a algo más profundo: la cultura política. Pero hablemos primero de la jornada electoral.
El sutil fraude
Las irregularidades que vimos coinciden en mucho con las de otras casillas suburbanas y rurales: la falta de capacitación de funcionarios de casilla, la inducción al voto, etc. Además, se anuló el 20% de los votos, a pesar de que en la gran mayoría de estas anulaciones no había ninguna ambigüedad: simplemente el trazo sobrepasaba por uno o dos milímetros el cuadro del partido seleccionado; se castigó el voto de quienes menos costumbre tienen de manipular un lápiz y un papel, y el de los más convencidos, que por exceso de entusiasmo no detuvieron a tiempo el lápiz.
Varios votantes salían de las mamparas con su boleta desplegada, de manera que fuera evidente que habían votado por el PRI. Dos miembros de ese partido estuvieron todo el día parados junto a las mamparas. No podemos sino suponer que su misión era hacer una sutil supervisión del voto, y un mal disimulado recordatorio de las lealtades para con EL partido.
Más te vale no ser desagradecido...
Nuestra experiencia directa y la información que hemos conocido nos llevan a algunas consideraciones. En casillas como las que pudimos observar, el voto por el PRI combinó el clientelismo y el temor: "El Partido te ayudó a conseguir el terrenito, a meter el agua y la luz. Te consiguió las placas para el taxi, la beca de PRONASOL. Y mejor vota por el PRI porque si no..." ¿Cuántos votaron por miedo a perder el trabajo o algún servicio? Miedo porque "andan diciendo que si llegan los cardenistas al poder..." Mucha gente se angustió en las casillas donde se agotaron las boletas, porque no podría comprobar haber votado. En teoría el voto es secreto y voluntario, pero en los hechos mucha gente consideraba peligroso no votar, o votar por otro partido que no fuera el PRI.
Los hilos de las lealtades corporativas siguen vigentes. Esto no niega la existencia en el país de un importante movimiento independiente, tanto en el campo como en la ciudad; un movimiento con décadas o siglos de vida. Pero existe un México donde el control político más clientelar sigue siendo una realidad; lo vimos en las casillas rurales y suburbanas, donde el voto está, desde antes de la elección, amarrado, comprado.
La política cotidiana
Lo que sucede durante las elecciones es sólo la manifestación de un modo de entender lo político y de concebir los liderazgos. Aquí hay que considerar no sólo a presidentes, gobernadores, diputados y senadores, sino a los dirigentes y funcionarios de cualquier nivel. "Mi compadre es jefe de manzana y me consiguió..." ... "mi cuñada trabaja en la Secretaría y me ayudó..."
Vivimos la cultura de la ’palanca’: para poder tener un trabajo, un ingreso decente, una casa y acceso a servicios de educación y salud - es decir los derechos humanos fundamentales - se necesita estar ’bien relacionado’. Se agradecen los trabajos de infraestructura a los funcionarios, olvidando que para ello utilizan el dinero de los impuestos que todos pagamos; olvidando que si ocupan un cargo es para desempeñarlo.
Por otro lado, existe una curiosa "ética del hueso": si alguien ocupa un puesto de funcionario, y no lo aprovecha para enriquecerse, será visto como "tonto". Esta ética asocia, por lo tanto, la corrupción con la inteligencia.
La Cultura Cívica está aún por construirse. Implica conocer y ejercer nuestros derechos y obligaciones como ciudadanos; saber pedir y rendir cuentas; ser capaces de aportar propuestas en los espacios de consulta para la toma de decisiones (y saber abrir estos espacios); saber dirimir de manera pacífica los conflictos. También significa conocer las implicaciones de las políticas económicas sobre nuestra calidad de vida. Para que lo que llamamos el pueblo se transforme en sociedad civil se necesita, entre otras cosas, un proceso de concientización.
El esfuerzo educativo necesita realizarse en los centros de trabajo, los sindicatos, los barrios y colonias, pero sobre todo en los medios masivos de comunicación y las escuelas. Los mensajes transmitidos en estos espacios de difusión pueden permitir o impedir el cambio democrático.
¿Y ante las futuras elecciones?
La actividad en torno a las elecciones es sólo uno de los ámbitos de acción que la ciudadanía necesita cubrir para la democratización de la sociedad. Una vez construida una cultura cívica, la limpieza electoral se dará casi "por añadidura". Sin embargo, el proceso electoral sirvió como catalizador de una amplia participación ciudadana.
cultura política, elección, ciudadanía
, México, Veracruz, Xalapa
Artículos y dossiers
ALATORRE, Gerardo; SANCHEZ SAN MARTIN, Claudia, ALIANZA CIVICA VERACRUZANA, 1994/09 (MEXICO)
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