Avanzando hacia la sustentabilidad forestal

El Cofre de Perote es una de las más importantes zonas forestales del Estado de Veracruz, a pesar de haber perdido parte de sus bosques como resultado de un proceso que se inició desde la Colonia. Durante el reparto agrario (1930-1940)hubo una colonización acelerada; además de la gente que recibió tierras, se instalaron aserraderos privados, llegó gente para trabajar en ellos, y dueños de rebaños que encontraron pastos para su ganado.

El bosque no era visto como un recurso, y sufrió las consecuencias. La situación de deterioro llevó en 1952 a la declaración de una veda para todo el Estado de Veracruz. Pero fue precisamente durante ese período cuando el estado de Veracruz perdió la mayor parte de sus áreas forestales, por la generalización de los desmontes para uso agrícola y -sobre todo- ganadero, así como por el crecimiento del clandestinaje forestal.

Los primeros permisos a los ejidos datan del período 1979-82, cuando la Subsecretaría Forestal impulsó en varios estados de la República un programa de aprovechamiento forestal con participación campesina.

El Ejido Ingenio del Rosario

Uno de los ejidos que comenzaron en esa época a trabajar legalmente fue el de Ingenio del Rosario, Xico, una comunidad muy pequeña, con poca diferenciación social, y relativamente joven.

Para los ejidatarios el trabajo forestal es algo heredado de los padres y abuelos. A diferencia de muchas de otras comunidades cuyo acceso a los recursos forestales fue impedido por las concesiones a empresas externas, en Ingenio del Rosario, con todo y las vedas forestales, ha sido la población quien ha manejado el recurso forestal. Los ejidatarios son conocedores del oficio. Lo reducido del ejido facilita la participación del conjunto de los ejidatarios, y una cierta cohesión. No existen divisiones partidarias ni religiosas. El proselitismo de todo tipo y la venta de alcohol están prohibidos.

En la actividad forestal (en el monte y el aserradero)participa la gran mayoría de los ejidatarios, y además se ofrece trabajo a gente de otras comunidades; la comunidad ha podido contar con fondos para instalar servicios básicos e infraestructura como electricidad y agua entubada.

La agricultura de esta zona es muy limitada, por lo frío del clima. El fin de la veda forestal significó el afianzamiento del uso forestal del suelo como opción más rentable. Actualmente el ejido ya no autoriza la apertura de tier ras al cultivo.

El aprovechamiento forestal no ha restringido el acceso de la comunidad a la leña o la madera para construcción, pero sí hubo un acuerdo de asamblea para restringir la corta del Pinus ayacahuite, el ciprés y el oyamel, y así asegurar su perdurabilidad.

En 1991, la comunidad decidió prohibir el pastoreo libre. Esto obligó a los dueños de rebaños a reducir sus hatos, a estabularlos y a sembrar pastizales.

La evolución de la superficie arbolada

Una comparación visual de las fotografías aéreas de 1982 con las más recientes (1993)permite apreciar claramente el aumento en la superficie arbolada. El renuevo natural es vigoroso (y en algunos casos excesivo).

Existen en el ejido un área semillera y un vivero. Son importantes no sólo para los bosques, sino también desde el punto de vista de la "sustentabilidad política": es necesario tranquilizar a una opinión pública mal informada que ha presionado hacia el establecimiento de vedas.

No hay problemas serios de incendios ni plagas. El lugar es tan húmedo que los incendios difícilmente prosperan. De todas maneras los ejidatarios mantienen un sistema de guardarrayas, con el fin de frenar la propagación de un eventual incendio.