Bosques homogéneos y producción de celulosa en Brasil. Ficha VII

En la década de los 90s se inicia la respuesta ciudadana contra el complejo eucalipto-celulosa en Brasil, como un proceso de unificación de las iniciativas de diversas entidades, con el objetivo de construcción de un proyecto político.

En el estado de Espíritu Santo, muy recientemente, después de varios años de su implantación, la Aracruz Celulosa comienza a tener que responder a algunos cuestionamientos a su actuación. Debe destacarse:

- el impedimento de la empresa de ampliar sus tierras;

- la acción de organizaciones como Greenpeace, cuya manifestación reciente tuvo una repercusión nacional y internacional;

-una acción civil pública, cuestionando un nuevo proyecto de expansión de las áreas ocupadas por la empresa, llamado "Fomento Forestal" (asociación de la empresa con pequeños productores);

- como resultado de la actual crisis de los precios internacionales de la celulosa, Aracruz tuvo que despedir a un gran número de trabajadores (1,106 empleados en 1993), rompiendo con la imagen que construyó en los últimos años, de garantizadora del empleo en la región.

Asistimos así a un proceso político más amplio en consolidación, que tiene como importante elemento la construcción de mecanismos de control de la población sobre las decisiones empresariales y que presenta el ejercicio de la ciudadanía como el verdadero "beneficio del siglo XX".

Son muchas las discusiones "teóricas" y "populares" sobre los efectos ambientales de la plantación del eucalipto, con posiciones contrarias. Entre la población rural e incluso en las ciudades cercanas a las áreas de eucalipto es fuerte la desconfianza respecto al eucalipto. Se constata la desecación del suelo, de los ríos, etc. y que los bosques homogéneos impiden el desarrollo de otros cultivos. En verdad, a nivel del "sentido común" no se conocen ningunas de las "ventajas" ecológicas de las plantaciones, de las que tanto hablan las empresas. A nivel académico las opiniones son igualmente divergentes.

Los estudios científicos sobre los efectos de las plantaciones de eucalipto no permiten, hasta hoy, la formulación de un consenso técnico sobre el asunto. Hay una gran cantidad de dificultades empíricas que impiden esta formulación:

- la infinidad de especies;

- las diversas formas como se efectúan las plantaciones;

- la variación de componentes físicos, químicos y biológicos de los suelos ocupados por ellas;

- el largo tiempo necesario para la realización de experimentos más definitivos;

Sin embargo, la mayoría de los trabajos científicos tienen la fuerza de "estudios de caso", en los cuales los autores estudian aspectos muy específicos de las plantaciones. Algunos autores generalizan sus conclusiones, aún a partir de observaciones limitadas. Cuando estos estudios son contratados o realizados por las propias empresas, las observaciones parciales son presentadas como una "certificación de garantía". Así, estos resultados no pueden servir como prueba de las ventajas ecológicas de las plantaciones.

La discusión de las ventajas o daños ecológicos de las plantaciones homogéneas de eucalipto debe ir más allá de lo eminentemente técnico o científico. De hecho, la cuestión ecológica es una cuestión social y, por tanto, política. Es en este campo que los movimientos sociales deben enfrentarse con los bosques artificiales y sus defensores.

Se trata, sin embargo, de asumir una postura política que defina el medio ambiente como un bien efectivamente público, o sea colectivo. Esto implica decir: un bien no privatizable.