Algunos ejemplos de cómo tiene lugar en Brasil el aprovechamiento forestal:
Espiritu Santo es una zona de mucha riqueza biológica; existen cerca de 400 especies forestales. La productividad biológica es muy alta: en 20 años los diámetros se incrementan de 30 a 40 cm y las alturas en unos dos metros. Siempre se había pensado que el bosque no se terminaría. Pero hoy existe un proceso severo de desforestación. Sólo permanece el 5% del bosque natural. Las empresas acabaron los bosques. Hoy son pasto. Para la explotación forestal no existe un diámetro mínimo cortable.
La región de la Mata Atlántica está al sur de Bahía y todavía tiene una enorme biodiversidad, a pesar de que sólo un 3% de la superficie está cubierto por la vegetación natural. 120 años de desforestación provocaron que ahora grandes superficies sean potreros. Grupos indígenas como el de los indios Patashós fueron reducidos a áreas chicas, y se les prohibió cortar árboles, aún para la sobrevivencia, lo que les impide seguir produciendo sus artesanías. El Instituto Forestal Brasileño no permite el manejo directo. Sin embargo, hay un proceso para recuperar el control.
Durante los gobiernos autoritarios, las grandes compañías expandieron su territorio sobre propiedades de campesinos, para el establecimiento de plantaciones homogéneas comerciales.
Después de la democratización en Brasil, se pusieron límites a la superficie que puede poseer una empresa. Las regulaciones prohiben establecer más de 30,000 ha sólidas de eucalipto.
Aracruz, la mayor empresa de celulosa brasileira, domina más de la mitad de la región de Espiritu Santo. Tenía programas de expansión que fueron obstaculizados por la nueva ley. Esta empresa inició un programa de fomento a los productores campesinos, que pretende de cierta manera integrarlos a la empresa. Varias empresas nacionales y transnacionales buscan hacer contratos con pequeños propietarios. Este mecanismo les permite:
1)Evitar la prohibición legislativa y expandirse conforme a sus planes.
2)Trasladar el riesgo de la producción a los campesinos, frente a un incierto mercado internacional de la celulosa.
3)Transferir a los campesinos el costo ecológico por el impacto ambiental de las plantaciones de eucalipto.
Las empresas ofrecen como incentivo la distribución de insumos para las plantaciones y la garantía de un ingreso equivalente al salario mínimo.
Varias organizaciones brasileiras han intentado disuadir a los campesinos de participar en este programa de fomento. Pero la monetarización de la sociedad brasileira obliga a los campesinos a tener un ingreso permanente. Resulta muy difícil transmitir algo abstracto como el comportamiento del mercado internacional. Es una necesidad de las organizaciones encontrar salidas alternativas a la crisis de la pequeña producción campesina. Por ello varios organismos intentan promover la diversificación agrícola, pesquera, frutícola y agroindustrial a nivel comunitario. También están tratando de que las empresas dejen beneficios a la gente y asuman la responsabilidad de los impactos ambientales que causan.
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, Brasil, Mata Atlântica
Tomado de las exposiciones de Francisco Menezes (IBASE)y Jose A. Castro T. (CEPEDES)en el Encuentro Internacional Forestal. Pátzcuaro, Michoacán, Abril de 1993. Organizado por CECCAM, Red NOCAF, IATP y Programa PASOS
Actas de coloquio, encuentro, seminario,…
MENEZES, Francisco; CASTRO TOSATO, Jose Augusto, IBASE; CDDH; CEPEDES, 1993 (MEXICO)
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