En la Columbia Británica el 95% del bosque está controlado por el gobierno provincial, el 1% por el gobierno federal (aquí están considerados los pueblos nativos)y el 4% es de propiedad privada, quedando incluídos aquí algunos grupos indígenas. Para la explotación en los terrenos que pertenecen al gobierno provincial se requieren permisos especiales. El gobierno de Columbia Británica controla el bosque y expide permisos a los empresarios. Existen reglamentos estrechos. Las empresas deben ajustarse a un plan de manejo.
Los indígenas son empleados del sector forestal sin tener control del recurso; por ejemplo, de 3000 técnicos forestales que existen aproximadamente, sólo 2 son técnicos indígenas. Actualmente la Provincia está en pláticas con grupos aborígenes para actuar sobre este punto.
Las comunidades indias son usufructuarias del recurso, pero el gobierno es el propietario. Piensan que algun día lo poseerán, pero mientras tanto deben protegerlo de los manejos intensivos de las grandes compañias y sociedades de crédito que por su tipo de explotación pueden destruir los recursos. (En Ontario, el 90% del área forestal es aprovechada por empresas particulares; la población indígena que se encuentra en ella no las puede aprovechar, pero las compañías privadas sí. Se usa la matarrasa en extensiones de más de 250,000 hectáreas. Hay muy poca producción campesina; las comunidades indígenas desde 1860 luchan por tener títulos de propiedad del bosque pero no lo han logrado.
Lo que actualmente hacen las tribus de Columbia Británica es trabajar con las compañias y concertar con el estado para poder explotar la materia prima y capacitarse. Trabajan en asociaciones en participación. Se han ido involucrando como coadministradores para manejar las distintas actividades del proceso de producción forestal como es la reforestación, el raleo y la extracción.
Existe una organización entre gobierno provincial e indígenas que se ocupa de la explotación forestal en pequeña escala y de tareas de capacitación a fin de no ser solamente mano de obra barata sin especialización. Otras experiencias de grupos indígenas dan cuenta de aprovechamientos integrados entre ganado, bosque y otros recursos.
Se estima haber perdido 1’000,000 de has. de bosque por matarrasa en 1988; otro ejemplo tiene que que ver con la entrega a empresas privadas de una isla con bosque de lluvia en Vancouver, que el gobierno provincial había ofrecido proteger por su importancia ambiental. En esta región de Canadá se estima haber acabado con el bosque por matarrasa en un área equivalente al tamaño de Alemania Oriental. Esto se debe a que de las superficies cortadas sólo se reforesta un 75% oficialmente, y en estas superficies reforestadas nadie garantiza que la reforestación sea exitosa.
reforestación, bosque
, Canadá
Tomado de la exposición de Barry McDougall y Gary Swite en el Encuentro Internacional Forestal. Pátzcuaro, Michoacán, Abril de 1993. Organizado por CECCAM, Red NOCAF, IATP y Programa PASOS
Actas de coloquio, encuentro, seminario,…
McDOUGALL, Barry; SWITE, Gary F., WESTBANK INDIAN BAND, 1993 (MEXICO)
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