Para el 2006, un verdadero proyecto de nación se hace necesario para contrarrestar los efectos de los Tratados de libre comercio que estan acabando con la soberanía alimentaria de Mexico.

Para el 2006, la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) levantará un proyecto que contemple el conjunto de reformas impulzado por el movimiento ciudadano. Alberto Gómez, su presidente, nos explica las razones y los objetivos de tal empresa.

México lleva 21 años con gobiernos que defienden políticas que excluyen a la mayoría campesina. La aplicación de estas políticas se ve reflejada en el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos (TLCAN). En 1994, México importaba 50 000 toneladas de maíz (alimento básico de los mexicanos), actualmente importa nada mas y nada menos que 7 millones de toneladas de dicho rubro de Estados Unidos, de los cuales el 40% es maíz transgénico, lo que significa no solo un caos en la estructura básica de producción del sector rural en México, sino que, por si fuera poco, la contaminación de las variedades criollas.

No solo el maíz se encuentra afectado por estas políticas, actualmente el 50% del trigo y el 75% del arroz son importados (ambos son también alimentos básicos en México). Con el frijol la situación es escalofriante, México posee suficiente producción para abastecer las necesidades alimentarías internas, pero el TLCA les obliga a importar un 15% de su producción, lo que, evidentemente distorsiona el mercado interior. Como consecuencia de todo este escenario se crea una dependencia alimentaría y una expulsión del campesinado hacia la urbe, o el país vecino, Estados Unidos, lo que a su vez da como resultado final una total catástrofe para el sector social del campo.

Alberto Gómez nos presenta UNORCA y sus prioridades de lucha.

UNORCA nace en Marzo de 1985 en el VII Encuentro Nacional de Organizaciones Campesinas Regionales, realizado en Cuetzalán Puebla. Se trata de una red de organizaciones (concretamente 3500 organizaciones) que está presente en 26 de los 32 estados de México. Se mueven bajo dos principios de autonomía, autonomía interna entre organizaciones y autonomía con respecto a los estados, gobiernos, partidos y la pluralidad.

UNORCA desempeña una función multi-activa, con tres grandes temas de acción:

1. Modelos locales y regionales de desarrollo. Para lo que es necesario fortalecer capacidades; capacidades de interlocución (para poder negociar los puntos que interesen), capacidades técnicas (acceso a profesionales técnicos, para incrementar la eficiencia de la producción) y capacidad organizativa (para la toma de decisiones).

2. Propuesta política pública. Impulsar alternativas.

3. La UNORCA esta enlazada con Vía Campesina a escala mundial, coordinando las regiones de América del Norte (Canadá, Estados Unidos y México); también a nivel Centroamericano establece vínculos con la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), y a nivel mesoamericano, el Movimiento indígena y campesino mesoamericano.

La soberanía alimentaría debe ser una prioridad para el desarrollo interno del país. Para ello es necesario renegociar el TLCAN, realizar una reforma del artículo 27 de la constitución, exigiendo que las propiedad social (conformada por 28 mil ejidos y comunidades de campesinos) sean propiedad de las familias y las sociedades mercantiles no tengan acceso a las mismas. También es necesario que los derechos y la cultura indígenas estén representados en la constitución (lo que sorprendentemente, aun al día de hoy no se ha logrado), y que exista un México en paz; al igual que una reconstrucción del tejido social, para poder crear una política social no asistencialista y una soberanía ambiental, con recursos genéticos no privatizados.

Todos estos requisitos para poder alcanzar la soberanía alimentaría han de verse reflejados en leyes, por lo que la UNORCA plantea una Agenda Legislativa; donde existirán leyes de aguas y leyes de suelo (que proteja contra la tecnología entrante).

Según Alberto Gómez, la UNORCA ha conseguido diversos logros: en Enero del 2003 mediante manifestaciones (donde se juntaron mas de 100 000 campesinos en México DF, lo que supone un verdadero logro debido a la geografía y dimensiones del país), se consiguió negociar a un primer nivel con el gobierno (aunque únicamente se lograron pequeños avances en aspectos secundarios), se firmaron convenios con distintos sindicatos y se logró crear un espacio nacional de unión, un programa unitario que representa a los pobres urbanos, campesinos y asalariados.