01 / 1993
La actual crisis ambiental está obligando a una reconsideración de los modos de producción y de consumo, y a un reconocimiento de los vínculos entre la pobreza y el deterioro ambiental. Se está cuestionando la estructura de poder a nivel mundial.
Lo que observamos, sin embargo, es cómo el imperio readecúa sus mecanismos de control. El monstruo se pinta de verde, y ahora la imposición de modelos de desarrollo vía políticas de financiamiento internacional se llama cooperación para el desarrollo sostenible. Es un intento para amortiguar el impacto ambiental del crecimiento económico, del incremento demográfico y de la transferencia de riquezas de Sur a Norte. Un intento para salvaguardar las estructuras de empleo, producción y consumo suntuario que hasta ahora han permitido a ciertos Estados controlar el descontento de la gente y a ciertas grandes empresas acumular abundantísimas riquezas.
Si bien está dándose en la ONU un interesante proceso, en el que se escuchan otras voces además de las de los siete países más industrializados, en el que hay alguna participación de las ONGs y se reconoce la necesidad de erradicar la pobreza para enfrentar la crisis ambiental, sería iluso ver en ello un síntoma de democratización de los poderes mundiales. Los muy encomiables esfuerzos de algunas delegaciones no logran realmente trascender.
El Grupo de los 77 está muy dividido, pero en ciertos aspectos ha logrado resquebrajar la hegemonía que al interior de la ONU mantienen los Estados Unidos, Japón y ciertos países europeos. Por ello, estos últimos países están impulsando una restructuración institucional que permitirá transferir ciertas funciones de la ONU a instancias que ellos pueden controlar más fácilmente; en concreto, a las instituciones de Breton Woods (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, etc).
Una cristalización de esta hegemonía es la aceptación del Fondo Global para el Medio Ambiente (GEF)como instancia para financiar los proyectos ecológicos globales. Por otro lado, las transnacionales, la industria militar y las corporaciones de la biotecnología siguen teniendo una casi total libertad de acción. Diversas empresas de bienes y servicios "ecológicos" acrecientan su poder y participación en los macroproyectos de "desarrollo sustentable". Japón y otros países industrializados están desde ya desarrollando tecnología de punta para acaparar el mercado de tecnologías "limpias", que está creciendo vertiginosamente.
En la nueva estructuración del poder a escala mundial el Norte cuenta con la posibilidad de mantener sus formas de producción, consumo y desperdicio, mientras que el Sur tendrá que seguir proporcionando materias primas, productos agrícolas baratos, recursos vía el pago de las deudas, mano de obra barata, etc. Además el Sur se está convirtiendo en el patio donde el Norte puede vertir sus desperdicios y ubicar sus industrias más contaminantes.
world bank, ecology, development policy, multinational company
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Tomado del artículo "La Cumbre de la Tierra y el Foro Global en Río de Janeiro, Junio de 1992".
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ALATORRE, Gerardo; GARCIA CAMPOS, Helio, RED DE INFORMACION AMBIENTAL DE VERACRUZ, RED DE INFORMACION AMBIENTAL DE VERACRUZ in. EL JAROCHO VERDE, 1992 (Mexico), No.4