I. Ni alianza ni planeación agrícola
03 / 1996
El Programa Alianza para el Campo (PAC), que tendrá vigencia hasta el año 2000, fue presentado por el Secretario de Agricultura el 31 de octubre de 1995. La ausencia de una política de desarrollo rural en el PND 1995-2000 y la emergencia de movimientos campesinos en varias zonas del país, demandando un cambio de modelo agropecuario, provocaron la convocatoria del gobierno a las organizaciones campesinas integrantes del CAP, para aportar propuestas de política al programa.
Por su parte, el CECCAM. organizó un seminario el 10/nov/1995 para analizar entre distintos actores el impacto del PAC para la agricultura nacional, especialmente para los campesinos y pequeños productores. A continuación algunos resultados de dicho seminario, que fueron conjuntados con dos artículos periodísticos, de Armando Bartra y de Luis Hernández.
Actores sociales que participaron:
1)Representantes de organizaciones campesinas (algunos de los cuales trabajaron también en las mesas de la Comisión Intersecretarial del Gabinete Agropecuario (CIGA): Congreso Agrario Permanente (CAP), Confederación Nacional Ganadera (CNG), Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad (CNPP).
2)Analistas políticos y
3)Académicos especialistas en política agrícola
Los integrantes del seminario resaltaron que:
1)No se trata de una "Alianza", ya que nunca existió un acuerdo de las partes, además que la mayoría de sus propuestas sobre cada uno de los temas no fueron consideradas en el documento final.
Además, no fueron convocados para tal efecto ni el Congreso de la Unión, ni los gobiernos de los Estados y menos aún una enorme diversidad de organizaciones económicas y sociales independientes. Por el contrario, todo parece indicar, que grandes productores agrícolas, ganaderos y forestales ligados a la exportación amarraron con el poder una alianza excluyente en contra de los pequeños y medianos productores rurales y de los intereses nacionales y estratégicos.(Bartra)
2)No es una verdadero ejercicio de planeación para el sector rural pues carece de:
* un diagnóstico, que permita evaluar sus objetivos, metas e inversiones
* metas políticas e
* instrumentos de política para alcanzarlas.
Es más bien una serie de instrumentos desarticulados para fortalecer la capitalización y la capacidad productiva de quienes cuentan con condiciones de rentabilidad. Es así un programa de fomento agropecuario y de ninguna manera una política de desarrollo rural que supone valores, conceptos y realidades mucho más complejos. Es obvio que se busca la sustentabilidad económica pero no la sustentabilidad social del sector rural. Se rehuye el reto esencial de avanzar hacia un desarrollo soberano, equilibrado, incluyente y equitativo. (Bartra)
3)Considera al campo como un sector de la economía, como sector agropecuario, y no como el ámbito en donde vive y se desarrolla la tercera parte de la población.
4)No define posiciones en torno a problemas medulares como
* la autosuficiencia o soberanía alimentaria,
* la justicia y el desarrollo social,
* las carteras vencidas y la rentabilidad. Simplemente se omite el grave problema de las carteras vencidas. Se habla en todo caso de apoyar temporalmente el fortalecimiento de los bancos regionales mientras, a través de métodos más modernos, operan una nueva lógica de captación de ahorro y financiamiento; mientras se fortalece el proceso de privatización de las relaciones crediticias que sustituyan plenamente la invervención del Estado, en demérito de las muy diversas formas organizativas que el sector social ha creado para apoyar sus necesidades de financiamiento. Así quedan al desprotegidos miles de productores que suman una deuda mayor a los 8 mil millones de nuevos pesos (Bartra).
* la apertura comercial y los acuerdos internacionales,
* el combate a la pobreza. Como se sabe, cerca de la mitad de la población de este sector vive en condiciones de pobreza o de pobreza extrema
* la generación de empleo y los jornaleros agrícolas. (a pesar de que las medidas anunciadas tienden a privilegiar la concentración de la tierra y a expulsar más aceleradamente mano de obra. -Luis Hdez-)
5)Para capitalizar el campo se requiere de un presupuesto gubernamental suficiente. (Bartra).
La SAGDR tuvo un presupuesto un poco mayor a 15 mil millones de nuevos pesos para 1994 (39 mil millones de dólares), se programaron algo más de 17 mil millones para 1995, pero dados los recortes del gasto por la crisis en realidad se ejercerán 14 mil millones y para 1996 se están solicitando 18 mil millones (2.2 mil millones de dólares). Es obvio que tal presupuesto se ha reducido en términos reales y que no alcanza a cubrir las necesidades del sector rural. (Bartra)
6)No existe correspondencia entre los propósitos explícitos y las medidas que se proponen. (Luis Hdez.)
7)En la mayoría de los casos no se señala el porcentaje en el que se quiere hacer crecer el PIB agropecuario ni los montos de inversión que se destinarán a muchas de las actividades señaladas. Un día después del anuncio del plan, el secretario de Agricultura informó que el nuevo presupuesto de su institución será de 18 mil millones de nuevos pesos, pero no desglosó la forma en que los recursos se aplicarán. (Luis Hdez)
8)Las acciones propuestas no tienen una jerarquización precisa.
En los hechos, la nueva Alianza renuncia a establecer el más elemental ejercicio de planeación. Con ello, y con una política de precios agrícolas que ata la producción (salvo maíz y frijol)a los precios internacionales, volátiles y sesgados, cancela cualquier posibilidad de darle a la actividad agropecuaria certidumbre y estabilidad. (Luis Hdez)
9)En el terreno agrario, los reclamos de enmendar la contrareforma que se aplicó al 27 constitucional, no fueron escuchados. Como se hizo en la administración anterior, se anuncian metas que no se cumplirán; por ejemplo, que dentro de dos años se resolverá el rezago agrario y que, para fines del sexenio, se concluirá con la certificación y titulación de los derechos agrarios. Obviamente, no hay posibilidades de hacer realidad estas ofertas. (Luis Hdez)
10)La Alianza para el campo no resolverá, a pesar de sus intenciones explícitas, los problemas sustanciales del agro mexicano ni atraerá inversiones privadas ni dará certidumbre ni solucionará la caída de rentabilidad del sector. Sí propiciará una mayor polarización social y hará más difícil la sobrevivencia de los pequeños agricultores campesinos. Algunas de las medidas que propone tienen un fuerte carácter regresivo: concentran los apoyos gubernamentales en quienes más tienen y confirman una de las leyes básicas de la actual administración: subsidios públicos, ganancias privadas. (Luis Hdez).
land ownership policy, agricultural policy
, Mexico
Working papers
CECCAM, Seminario Sobre el Programa Alianza para el Campo, 1995/11/10 (México); BARTRA, Armando. Crisis Rural y Alianza para el campo. La Jornada. 1995/11/29 (CP1,D1:30); HERNANDEZ, Luis. Subsidios públicos, ganancias privadas. La Jornada 1995/11/04. (CP1,D1:29)
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