Empresa familiar comunitaria en el Gran Chaco argentino

La inviabilidad del cultivo de la caña de azúcar y un bajo ciclo de precios para el algodón, sus dos principales actividades productivas, con profundas repercusiones institucionales a nivel zonal tales como la quiebra del ingenio azucarero y la cooperativa algodonera local en 1992, activaron el debate entre un grupo de familias de la zona de Villa Ocampo, norte de la Provincia de Santa Fe, Región del Gran Chaco argentino.

Ante la alternativa de emigrar a las urbes con destino incierto iniciar una nueva búsqueda, un conjunto de 9 familias vecinas cuyas explotaciones en ningun caso superan las 25 ha. avanzaron en el análisis de sus recursos y los problemas a enfrentar, sacaron cuentas cuidadosamente y por último en 1993 conformaron una Sociedad con elevado grado de integración, tanto en lo que hace a las actividades económicas como a la organización del trabajo y la vida familiar.

Mediante el trabajo solidario montaron tres galpones para criar pollos parrilleros, que les permiten faenar, transportar y vender directamente al comercio minorista 3.000 aves por semana. Salvo los pollos bebé que adquieren, el resto de los insumos son producidos en sus chacras, empleando los residuos de la crianza para abonar y recuperar los suelos deteriorados por muchos años consecutivos de monocultivo algodonero, lo que de inmediato se transforma en una mayor productividad agrícola.

La empresa comunitaria ha replicado varias características de las unidades familiares de producción, ya que todos los integrantes de las familias comprometidas participan en el planeamiento, organización y evaluación periódica - cada tres semanas - de la marcha del complejo creado, a la vez que se comparten otras muchas actividades recreativas, bibliotecas circulantes, capacitación, etc. La necesidad de generar trabajo para la familia en cada explotación individual se traslada ahora a la empresa comunitaria, lo que exige un nivel de ingenio, organización e integración vertical cada vez mayor.

Alrededor del núcleo económico para el mercado, la cría de pollos parrilleros, se organiza una elaborada cadena de producción, transformación de insumos elaboración de productos y subproductos y comercialización que logra a partir de 1993 asegurar los ingresos comunes y genera no pocas actividades complementarias. En tanto, cada familia conserva la producción para la subsistencia básica, que forma parte de su cultura y posibilita la sobrevivencia a través del tiempo.

A pesar de que la empresa comunitaria cuenta con menos de dos años, su dinámica permitió superar múltiples dificultades, afianzando una confianza grupal conformada alrededor de relaciones de parentesco y amistad. Por otra parte queda de manifiesto que ello sería insuficiente si no existiera identidad de objetivos y una larga práctica de aprender a compartir cotidianamente. La colaboración de algunas organizaciones técnicas del Estado y el aliento de diversos integrantes de la comunidad de Villa Ocampo hizo el resto.