Yo, nosotros, se, él…: ¿cómo presentar y reflexionar la experiencia a capitalizar? Cada vez que nos ha sido posible hemos tratado que los actores de la experiencia personalicen su capitalización.
Yo, nosotros… No se trataba solamente de alcanzar un e stilo más fluido, sino también de profundizar la reflexión sin caer en generalizaciones demasiado rápidas y a menudo intragables. Yo, nosotros… La primera persona ayudaba a afirmar la subjetividad del autor y a su vez lo ayudaba a entrar al diálogo.
Se él… El autor no era siempre actor directo o principal de su relato. Entonces la primera persona se superaba pero el desafío de la personalización continuaba. Preferíamos un relato de cien voces que el discurso de una verdad. Aún cuando había que hablar en términos de proyecto o de institución, buscábamos expresar las vidas, los suspiros y las alegrías en vez de extraer consensos impersonales.
Todo esto nunca es fácil. En general estamos más acostumbrados a presentaciones en las que el autor se escond e detrás o encima del texto en vez de colocarse en el centro. Además, una vez superados los pudores ¿cómo evitar el contrario, esta sed de exhibir y proclamar su propio protagonismo?
Una vez más no existen método o técnica especiales que puedan canalizar todos estos meandros. Nos hemos inspirado en las ganas de diálogo y en la idea de recomposición colectiva del saber.
Mientras más seguro se sentía el autor de tener ahí una verdad definitiva, menos le atraía una escritura personalizada: mucho más que bus car el diálogo, se trataba de exponer bien y de convencer. Mientras más consciente estaba el autor de formar parte de un conjunto de dudas, errores y búsquedas, más le gustaba decir el por qué y el cómo de sus descubrimientos con el fin de que otros los descubran a su vez dentro de sus propias experiencias y enriquezcan el debate.
Yo, nosotros, se, él… Nuestras capitalizaciones de experiencias adoptaron todo tipo de estilos y andares. No hay recomendaciones generales al respecto. Tampoco hay que negar su importancia: en el estilo adoptado está a menudo la visión esencial del autor que se expresa, y el estilo adoptado condiciona la profundidad y la envergadura de sus aportes.
recomposition of knowledge, communication, methodology
, Latin America
¿Qué hay pues de la necesidad de establecer distancia? ¿Acaso no existe el peligro de que la personalización excesiva lleve a quedarse en un simple relato y a tergiversar la elaboración del conocimiento? Quizás. Pero luego de muchos decenios de « desarrollo latinoamericano » repleto de grandes esquemas que lo han sobre todo empobrecido y amputado en vez de enriquecerlo ¿la prioridad no está más bien en el reconocimiento de las múltiples vías del terreno y en el florecimiento de sus voces?
Además existe di stancia en las capitalizaciones personalizadas. Está en el diálogo consigo mismo y con los prójimos un tiempo después de la acción. Está en el diálogo con el lector que guía la interpretación de la experiencia y su presentación.
Traducción de la ficha « Capitalisation : pourquoi et comment parler à la première personne »