¿Por qué haber insistido tan a menudo, en las capitalizaciones de experiencias, sobre la importancia de comenzar en lo posible por los recuerdos e impresiones, con toda su carga subjetiva?
Porque generalmente hay ahí una oportunidad excepcional de confro ntar versiones diferentes y por tanto de poder profundizar, detectar elementos de fondo que sino tal vez se nos escaparían.
¡Qué linda, años después, tal o cual asamblea campesina! La recordamos emocionados y con entusiasmo: fue ahí que todo comenzó, fue ahí que…
¡Sin embargo! Revisando la documentación de la época o comparando nuestras ideas con las de un colega, descubrimos que en aquel momento estábamos más bien frustrados o decepcionados, amargos: ¡todo había girado en torno a conflictos y enfrenta mientos y el acuerdo final al que se llegó parecía sólo un remedo obtenido más por cansancio que por convicción!
¿Por qué ese cambio de óptica? Ya no se trata de ver lo que creemos ahora, este conocimiento logrado, sino de volver a encontrar nuestro punt o de partida, lo que pensábamos entonces, y retomar el camino recorrido para comprender cuáles eran nuestras reticencias, nuestros bloqueos, para aprender la manera en que la realidad y la práctica nos obligaron a superarlas.
Aquí se ubica uno de los apo rtes esenciales de la capitalización. Trabajar el recuerdo y confrontarlo al de otros, a los hechos registrados, a la documentación, a todo tipo de otras fuentes, objetivas y subjetivas: he ahí uno de los mejores recursos para superar las evidencias.
Com enzar por expresar el recuerdo y su subjetividad constituye en este sentido una garantía contra la tentación frecuente, aún cuando es a veces inconsciente, de querer reconstruir la historia en función de justificar a posteriori el conocimiento que creemos haber adquirido. Al contrario, el recuerdo y su confrontación enriquecen la reflexión al obligarla a recorrer los rodeos de nuestro andar hacia tal o cual conclusión.
Estos rodeos son al mismo tiempo la clave para un mejor compartir con el público con el que buscamos dialogar. A menudo estos « otros » que van a acoger nuestra capitalización han vivido cosas semejantes, han sido confrontados a este tipo de contradicciones: nuestro relato-reflexión, más que convencerlos, los devolverá hacia su propio recorrido, aclarándolo gracias a las reflexiones que nuestra capitalización nos ha permitido madurar.
En el estudio-capitalización del PPEA de Cajamarca, en 1989, incluí el testimonio-capitalización de Stéfanie Zeiss, una estudiante alemana que buscó compren der la visión campesina de la erosión, sin lograrlo. Sin duda este texto es el que, fuera de Cajamarca, ha tenido mayor impacto y ha sido más útil. ¿Por qué? Porque Stéfanie cuenta el recorrido de sus actitudes y sus métodos, las dudas, los rechazos y las reflexiones que le suscitaban las reflexiones campesinas, los cuestionamientos que estuvo obligada a hacerse. Muchos se han identificado con sus emociones, y han vuelto a vivir las propias, inclusive han comenzado a expresarlas y a confrontarlas en vezde ocultarlas bajo discursos prefabricados… No es su conclusión sobre los campesinos o sobre el saber de ella lo que más ha marcado, es la claridad con la que ha presentado su itinerario.
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, Peru, Andean countries, Cajamarca
No siempre es fácil retomar solo el hilo de los recuerdos. Es más estimulante cuando hay alguien a quien contarlos. A menudo las entrevistas-testimonios cumplen ese este rol, muy útil para lanzar una capitalización.
Pero entonces es importante comprender bien esta dimensión del recuerdo. El interlocutor, que puede ser justamente el que graba, tiene en ese momento un rol sobre todo de escucha, que cataliza el recuerdo. Pero no es interlocutor de un diálogo: el actor de la experiencia continúa el diálogo consigo mismo. Por lo tanto no se trata de cortar el hilo del recuerdo y su subjetividad comenzando una confrontación rigurosa. Esta vendrá después.
En realidad las cosas no vienen tan separadas, tan encajadas. Es, sobre todo, cuestión de prioridad e inte nsidad, e igualmente de disponibilidad mental y de tiempo.
El PPEA=Proyecto Piloto de Ecosistemas Andinosfue realizado entre 1985 y 1992 en Cajamarca-Perú por el Estado peruano y el PNUMA=Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambientecon fondos del Ministerio Alemán de la Cooperación. El texto de ZEISS, Stefaniefue publicado en Lima en 1990 por Editorial Horizonte y el PPEA dentro el libro « Siete cuentos y recuentos sobre ecología - el científico, el campesino y la naturaleza ».
Traducción de la ficha « Capitalisation : le souvenir et sa confrontation »