09 / 1994
La agricultura orgánica está dejando de ser un experimento marginal. En el ciclo 1992-93 las cooperativas indígenas de Chiapas y Oaxaca exportaron más de siete millones de dólares de café. Los alicientes para esta tendencia, además de la creciente demanda en Europa y los Estados Unidos, son la menor dependencia con respecto a los insumos externos, los incrementos en la productividad y la posibilidad de integrar de algunas técnicas tradicionales como las asociaciones de cultivos.
Una de las primeras cooperativas de producción orgánica e café en México fue ISMAM (Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla), que representa a más de ochenta comunidades indígenas. ISMAM empezó como una estrategia de ayuda mutua, organizada por un pequeño grupo de productores de café con ayuda de la parroquia local. La motivación fue la idea de que uniendo la producción de muchos productores, el volumen producido crearía una posición más sólida en el mercado. ISMAM logró pasar por encima de los intermediarios y negociar directamente con los exportadores, y luego con los tostadores y mezcladores de café, estadunidenses y europeos. La estrategia fue producir la más alta calidad de café, aunque fueran volúmenes pequeños inicialmente.
La producción de café orgánico ayudó a los productores a enfrentar varios problemas: los bajos rendimientos, los altos costos y los bajos precios. Sin tener que recurrir a préstamos o créditos, los campesinos pudieron aumentar la productividad de sus cafetales aumentando la densidad de la plantación, haciendo injertos, mejorando el suelo con abonos orgánicos y haciendo terrazas para controlar la erosión. Evidentemente, los efectos de este manejo sólo se ven después de dos o tres años de aplicarlo. Lo interesante es que para ello no se requiere una inversión monetaria, aunque sí un importante aporte de trabajo.
Para enfrentar el problema de los precios se estableció un sistema riguroso de control de la calidad. La calidad del café depende sobre todo de su procesamiento después de la cosecha. La cooperativa estableció talleres de capacitación, que contemplaron estos aspectos además de la administración, los reportes de ventas, etc. ISMAM es capaz de comercializar directamente el café en Europa porque organiza colectivamente el procesamiento post-cosecha, el almacenamiento y el beneficio. Un elemento importante es que en los representantes de la parroquia local nunca formaron parte de la estructura organizativa. No hubo control paternalista sobre los aspectos técnicos o de comercialización.
Para evitar el centralismo, la organización se estructuró legalmente con la mayor autonomía para los miembros de la comunidad. Esto es posible gracias a los flujos de comunicación que se establecen al asistir dos delegados de cada grupo a las asambleas. En asuntos operativos, los delegados se dividen en comités de trabajo: ejecutivo, administrativo, financiero, educativo, técnico y otros. Esta estructura ha mostrado ser muy dinámica. Su consolidación se observó en 1991 cuando la coperativa pudo solventar el trabajo de sus miembros, contratar de tiempo completo técnicos en agroecología y obtener el reconocimiento de organizaciones de agricultura orgánica en Europa y los Estados Unidos.
Ahora ISMAM está apoyando el trabajode otras organizaciones de campesinos que desean adoptar los logros de ésta en la organización y en el empleo de técnicas orgánicas de producción. Se organizan visitas a la cooperativa para tratar de que, en la medida de lo posible, las experiencias sean compartidas directamente entre los campesinos.
organic farming
, Mexico, Chiapas
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NIGH, Ronald B., Centro de Ecología, UNAM, La agricultura orgánica y el nuevo movimiento campesino en México in. Antropológicas, 1992 (MEXICO), Nueva época. N°3
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