Bosques homogéneos y producción de celulosa en Brasil. Ficha V

La constitución del complejo de eucalipto y celulosa en Brasil siguió una estrategia de uso intensivo del espacio. La producción de papel comienza en la formación y/o domesticación de amplios bosques homogéneos y termina en la gran unidad fabril, dependiente de una larga extensión de tierra y de cuerpos de agua. Por esto, contribuye para la desestructuración de fuerzas sociales, culturales y económicas de producción, organización y uso de la naturaleza.

Las empresas productoras de celulosa que se implantaron en Brasil a partir de los años 70, como Aracruz Celulosa, hicieron esto dentro de una lógica de desarrollo económico propugnada por el gobierno y la burguesía nacional en aquel momento. Esta lógica invirtió el dinero público en el apoyo a los grandes proyectos de producción de mercancías de exportación; sus presupuestos básicos fueron, entre otros, los siguientes: a)la percepción del desarrollo como un valor universal, y como un proceso único (siempre igual a sí mismo), con un fin determinado "a priori". b)este desarrollo tendría como objetivo la expansión del modo de vida y la organización social típica de los países occidentales modernos primer mundo para todos los pueblos y, más a corto plazo, para los países considerados "en desarrollo". c)así, el progreso (o sea, el camino rectilíneo que supuestamente conduce al tipo de vida ideal)es pensado no como algo deseado sólo por una parte de la población, sino como un bien que, por definición, es para toda la sociedad.

En el caso específico aquí tratado, la aplicación de esta lógica permitió que el proceso de expansión de los bosques homogéneos y la implantación de las grandes fábricas de celulosa, no implicaran solamente un beneficio para los dueños de las empresas. La llegada de las empresas en áreas hasta entonces mayoritariamente ocupadas por la pequeña producción y por bosques naturales (sin finalidad de ganancias)pasa a ser incorporada en el discurso oficial del Estado y de las empresas como teniendo, más allá de los objetivos de lucro de los propietarios (hecho jamás dado a conocer en la documentación para la divulgación del proyecto o de las empresas), la "misión" principal de garantizar la incorporación de estas áreas al proceso de desarrollo.

Las empresas llegaron como "salvadoras", como el propio camino a través del cual los "beneficios del Siglo XX" llegarían hasta las poblaciones olvidadas por el progreso. Es casi como si la "deuda social" del gobierno hubiese de ser pagada de esta forma. Desde el momento de la implantación de los bosques, que dependió de la venta de las tierras ocupadas por los campesinos, el discurso "civilizatorio" estuvo presente.