01 / 1995
Este ensayo tiene por objeto mostrar de modo breve la crianza del agua en los Andes. En el modo de vivir andino el agua es también otra persona que conversa y con la que se conversa para regenerar la vida en la chacra. No es pues concebida como un objeto o recurso que maneja la comunidad humana sino como otra persona tan importante como otra para la vida y con la cual conversa la comunidad humana.
Una de las características de los Andes es su diversidad. Aunada a ésta se halla la variabilidad que implica que de una especie hay multiplicidad de variedades. Respecto al agua existe un similar modo de apreciarla. No hay un agua, sino una variedad de formas en que esta persona se presenta: agua de sapo, de culebra, de puquio, de lluvia, de lagunas. Y cada forma dice de los atributos particulares y específicos que tiene. No hay una generalización conceptual, sino más bien una particularización que confiere atributos específicos a cada persona. La conversación para hacer brotar plantas en la chacra adquirirá así multiplicidad de formas y de saberes asociados a estas particularidades. No hay una forma genérica entonces de regar, sino una variabilidad de modalidades.
Otro aspecto interesante es la crianza del agua. Este aspecto no sólo está relacionado con la personificación y equivalencia en la crianza recíproca que existe entre comunidad humana y agua: crío al agua y me dejo criar por ella, sino también en hacerla posible en zonas donde ella no está presente. Esto no sólo significa la construcción de acequias o canales por donde discurra, lo que significaría distribuir lo existente, sino de procurar que ella brote donde su presencia es deseada pero es escasa.
Así como hay un deseo de criar e incrementar la diversidad en plantas por el cruzamiento de una variedad con otra, en el caso del agua se procura hacer "casar" ritualmente agua de dos fuentes distintas de modo que surjan nuevas formas de agua que acompañen a las existentes. En caso de que no hubiera agua, se trae de otro lugar el agua (que puede ser de mar)y se hace casar a esta agua (que es apreciada como yerno de la comunidad)con un miembro de la comunidad humana que en el ritual viene a ser la esposa del agua que se trae.
Pero estos deseos incesantes de incrementar la variabilidad de agua, lleva a la comunidad humana a criar plantas que a su vez crían agua. Se cría también pastos que a su vez crían aguas. La comunidad humana misma cría, hace que la lluvia se comporte como agua de riego para la irrigación de las praderas a grandes altitudes.
El ensayo hace hincapié en algunas modalidades que asume la crianza en la costa y en la sierra, así como las dificultades con que tropieza este modo de concebir el mundo con los afanes modernizantes del desarrollo. Es usual apreciar en los Andes, al modo de una arqueología del desarrollo, restos de canales y reservorios sin uso y deteriorados, que han sido contruidos siguiendo afanes técnicos, que finalmente no han logrado hacer parte de la vida campesina. Se ejemplifica -caso de Quispillaccta y las represas de la costa- cómo estos afanes no sólo han lastimado y lastiman el paisaje y las chacras de las comunidades humanas por donde pasa, sino que por el modo cómo se presenta el aparato planificador y constructivo, aplasta y margina el saber y la cultura hídrica milenaria de nuestros pueblos.
water, system of values
, Peru, Andean countries
Ensayo a presentarse en el Taller Inter-regional sobre gestión tradicional del agua. Burkina Fasso 3 al 8 de Abril 1995.
Colloquium, conference, seminar,… report
RENGIFO VASQUEZ, Grimaldo, PRATEC=PROYECTO ANDINO DE TECNOLOGIAS CAMPESINAS (PERU)
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