Conducción de eventos intersectoriales de intercambio y coordinación

Criterios y procedimientos para la preparación y conducción de encuentros regionales y multisectoriales en los que participan personas vinculadas a procesos de organización y movilización social, donde se busca recoger experiencias y saberes para enriquecer visiones y planear acciones articuladas

En el periodo 2003-2004, junto con varias organizaciones civiles y grupos, el GES se involucra en la organización de diversos eventos, a los que se convoca a grupos de base, militantes, académicos para compartir experiencias, saberes y visiones de futuros deseables y posibles.

Dos orientaciones políticas distintas se manifiestan claramente en el grupo convocante: para algunos, se trata principalmente de fortalecer la presencia de las voces ciudadanas (y sus propuestas de políticas públicas) frente a la coyuntura electoral de 2004 y de obtener compromisos por parte de los candidatos y los funcionarios electos. Para el GES, como para otr@s compañer@s, lo esencial es compartir saberes, autoeducarnos, fortalecer capacidades, avanzar en la construcción de una cultura ciudadana (exigir cuentas, responsabilizarse, participar), aprender a construir propuestas de política a partir de las experiencias, articular acciones e impulsar nuevas formas de relación tanto entre quienes lanzamos estas iniciativas como en el grupo más amplio de contrapartes e interlocutores.

El GES participa, pero lo hace críticamente.

Desde la preparación hasta la capitalización

Lo común es que, a la hora de diseñar este tipo de evento, ciertas organizaciones busquen impulsar “agendas ocultas”, es decir objetivos o mandatos no explícitos. En general esto sucede sin que haya ninguna “mala intención”. Es, simplemente, la forma usual de hacer las cosas. Primer paso, entonces; intentar poner sobre la mesa todas las cartas. Aunque siempre resulte sorprendente, para el GES ha sido común ver que algunas organizaciones buscan convocar a la gente de las organizaciones de base, populares y campesinas para obtener un “aval” a agendas previamente diseñadas.

Las reuniones para el diseño metodológico de encuentros son un interesante espacio de des-construcción (deconstrucción) y reconstrucción de culturas políticas. El GES ha ido recogiendo algunos aprendizajes y valorizando algunos conocimientos tácitos en estos espacios.

¿Qué funciones desempeña el GES? En la preparación de los encuentros desplegamos diversos recursos y estrategias, que se centran principalmente en la mayor inclusión de actores interesados, el flujo de información, la capitalización y socialización de informaciones relevantes para el encuentro, la elaboración de directorios de invitados y la preparación colectiva de guías de preguntas.

Para el encuentro mismo, algunas orientaciones metodológicas generales son:

• orientar la etapa de puesta en común de experiencias no sólo hacia los problemas y los obstáculos sino también hacia las acciones que distintos actores están impulsando y las articulaciones que ya se están dando, es decir, partir de lo existente.

• si se decide escuchar la voz de “los expertos” (panel), ubicar su participación después de las presentaciones de experiencias, y no antes.

• agrupar las ideas emanadas buscando integrarlas a las categorías establecidas en las guías de preguntas o documentos base, y creando además nuevas categorías que ahí mismo aparezcan como útiles para ir haciendo generalizaciones.

• con estos elementos, exponer sintéticamente a) los problemas percibidos; b) las principales acciones que se están realizando; c) las propuestas de “agenda interna” y d) las visiones de lo que deben hacer los gobernantes.

• orientar la etapa de discusión / reflexión colectiva no sólo a un pliego petitorio y un pronunciamiento sino a fortalecer las alianzas y capacidades de articulación y seguimiento.

En varias ocasiones, hacia el final de los eventos surgen propuestas para constituir una red, un frente, alguna instancia. Creemos que es consecuencia, por un lado, del entusiasmo de verse reunidos, de constatar resonancias, de sentirse fuertes y la fantasía de prolongar esa colectividad, de mantenerse fuertes. Entre la gente de las comunidades de base hay quizá la idea de que “éstos sí son líderes honestos que ahora sí se van a encargar de atender nuestros problemas y necesidades”. Hay también, probablemente, cierta fantasía de que el solo hecho de que se maneje un nombre, un membrete, “crea organización” y contribuye a darle fuerza a un pronunciamiento o una gestión. Entre las organizaciones convocantes (o las organizaciones líderes) creemos que la creación de redes responde a una búsqueda de prestigio o a otras agendas ocultas que pueden incluir, por supuesto, la búsqueda de financiamientos para las organizaciones en lo individual. Hasta ahora nuestros esfuerzos por transparentar y promover la movilización de recursos en forma coordinada han sido infructuosos.

Invariablemente, ante las propuestas de constituir una nueva organización se manifiestan opiniones en el sentido de que no tiene sentido crear membretes vacíos, que ya los hay en abundancia. Aún así asistimos al “nacimiento” de diversas instancias.

Como GES, hemos insistido en que lo importante es salir del evento con algunos dispositivos que permitan mantener los flujos de comunicación, cierta coordinación de acciones. Tener mecanismos para enlazar tanto a los informatizados como a los no informatizados.

Aquí nos hemos topado con pared. Probablemente estos principios de organización en red vayan contra los modos “usuales” de ejercer los liderazgos, y quizá si fueran aprobados los integrantes de GES adquiriríamos, de acuerdo con la lógica predominante, un determinado poder. En lugar de que los procesos sigan una lógica de poner los recursos en red, su programación responde a las lógicas de algunas ONGs de segundo nivel (es decir que capacitan y generan materiales educativos) y de sus contrapartes nacionales, de las que en ocasiones dependen para ciertos apoyos y servicios.